Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
April 29, 2024 2:42 pm
Cosas de Barrio

Problemas de cartel

Dos plazoletas de Liniers, que oportunamente fueran bautizadas con los nombres de dos emblemáticos artistas plásticos locales, no cuentan siquiera con las placas identificatorias que los recuerden. Los carteles que homenajeaban al pintor Tomás Ditaranto y al escultor Santiago Chiérico fueron quitados poco antes de la pandemia y jamás fueron repuestos. Una muestra más del olvido en el que naufraga el barrio de Liniers para las autoridades locales y municipales.

A fines de noviembre del año 2000, la Legislatura porteña bautizó con los nombres de Tomás Ditaranto y de Santiago José Chiérico a las dos plazoletas secas de Liniers, ubicadas en José León Suárez, Humaitá y los pasajes Miguel Santi y Luchter (Ley 531/2000). El proyecto había surgido como una iniciativa de la Junta de Estudios Históricos de Liniers, con la intención de rendirle un merecido homenaje a dos de los artistas plásticos más destacados de la zona, cuya trascendencia alcanzara fama mundial: el pintor Tomás Ditaranto y el escultor Santiago Chiérico. Hoy, sin embargo, a más de veinte años de ese reconocimiento, ambas plazoletas naufragan en el olvido y son una muestra más de la desatención que demuestra el Gobierno porteño y la Comuna 9 hacia el barrio de Liniers.

¿Quiénes fueron Tomás Ditaranto y Santiago Chiérico?

Tomás Ditaranto nació en Italia en febrero de 1904 y llegó con su familia a la Argentina cuando apenas tenía 2 años. Poco después, los Di Taranto se instalaron en los pasajes de Liniers, donde el colosal artista -gran amigo de Quinquela Martín- forjó gran parte de su obra. Además de desempeñarse como docente de la Academia Nacional de Bellas Artes, a partir de 1945 Ditaranto viajó por las provincias del noroeste argentino. Gracias a esa afición y a la maestría de sus trazos, fue seleccionado para ilustrar la extraordinaria edición polilingüe del Martín Fierro, publicada en cuatro idiomas en 1973.

Pero además hizo múltiples publicaciones de ilustraciones en partituras, revistas, diarios, almanaques, tarjetas de navidad, libros, bonos y billetes de lotería. También fue colaborador de “Caras y caretas”, “Atlántida” y “El hogar”.

A lo largo de su trayectoria, el maestro Ditaranto realizó 261 exposiciones en América y Europa, 14 importantes viajes internacionales y recibió numerosos premios y distinciones.

Sus obras se lucen en museos de Italia, Grecia, España, Argentina, Brasil y los Estados Unidos. Y en 1973 se crearon tres salas dedicadas exclusivamente a Ditaranto en el Museo Epeo, de Nocara, Italia. Próximamente se inaugurarán las salas con el nombre del artista fallecido el 29 de agosto de 1985, en el Museo dell Emigrazione en Castello di Lagopesole Potenza, región de la Basilicata.

Santiago José Chiérico nació en Tolosa, Partido de La Plata, el 6 de julio de 1891 y falleció en su querido Liniers -donde llevó a cabo gran parte de su obra- el 25 de junio de 1974. Hoy sus esculturas se lucen en diversos puntos de nuestro país y el mundo. Una estatua ecuestre del General San Martín se yergue en la plaza de San Justo y otra similar se aprecia en San Martín de los Andes. Su obra de Domingo Faustino Sarmiento es la atracción principal de la plaza homónima de Ramos Mejía, la que rinde homenaje a Cervantes es un ícono de Chascomús, y la estatua de La Cautiva (1939) ya es un clásico en la plazoleta de Rivadavia y White, en Villa Luro, frente al restaurante “El arbolito”. Pero además Chiérico es el autor de la imagen de la Virgen de la Medalla Milagrosa -de 5.30 metros de altura- que se luce en la cúpula de la iglesia homónima, en Parque Chacabuco. Y en 1968 se inauguró una estatua suya de Carlos Gardel en Medellín, Colombia. Claro que también su arte se aprecia en su querido Liniers: el monumento “A la madre y a la escuela” (1966) da la bienvenida a la plaza Martín Irigoyen, en la esquina de Caaguazú y Fonrouge.

Chiérico fue docente universitario y un artista renombrado en los más exquisitos salones nacionales. Actualmente, una escuela de arte de Zárate lleva su nombre.

Deuda pendiente con la memoria colectiva

Aunque al menos ya no muestran la suciedad que presentaban hasta hace unos meses, ambos espacios públicos linierenses carecen de los carteles que indiquen sus respectivas denominaciones, que fueron quitados antes de la pandemia y jamás se volvieron a colocar. Como el resto de las plazas y plazoletas locales, su cuidado y puesta en valor es responsabilidad directa de la Comuna 9. Es hora de que algún funcionario se ocupe del tema, para que el homenaje a estos dos maravillosos artistas de Liniers vuelva a ocupar el lugar que marca la ley y, de esa forma, permanezcan en la memoria colectiva de la comunidad barrial.

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