Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
May 8, 2024 5:49 pm
Cosas de Barrio

“Ave María purísima”, de Toledo a Mataderos

Desde este viernes 8 de septiembre, un singular rectángulo de cerámica les da la bienvenida a los visitantes del Museo Criollo de los Corrales. Allí se lee un texto proveniente de una histórica mayólica que se hallaba en el Convento de los Capuchinos de Toledo, destruido durante el bombardeo del Alcázar en 1936, en los albores de la guerra civil española. De allí deriva el mentado “Ave María Purísima”, que solía pronunciar quien llegaba a un sitio antes de bajarse del caballo, y si no recibía como respuesta el “sin pecado concebida”, ni siquiera se apeaba. Desde ayer, se luce en la recova mataderense, en el acceso al emblemático museo que se encuentra próximo a celebrar sus 60 años de trayectoria.

Doy por sabido, aunque por las dudas vale la pena contarlo, que cuando un paisano llegaba montado a una querencia ajena solía expresar, de viva voz, “¡Ave María Purísima!”. Si desde el ámbito al que pretendía ingresar se le respondía con igual talante, “¡sin pecado concebida!”, quedaba claro que la persona era bienvenida. De lo contrario, no se apeaba ni hacía otra cosa más que marcharse.

El término “tradición” deriva del latín “traditio-onis” que se traduce literalmente como acción de entregar, de transmitir. Pues bien, la costumbre relatada, por cierto, caída en el olvido en el cada vez más profano presente, nos fue legada como tantas otras por la católica España. 

Hace algunos años hallé un valioso testimonio que vinculaba ese diálogo y a la vez alabanza, con el que se inicia el sacramento de la reconciliación y que era, otrora, como lo es en la confesión, la llave invisible que abría cualquier tranquera. Aquella para acceder debidamente a la Eucaristía, y hasta para ser bien recibido en algún sitio.

Esa evidencia la encontré en Toledo, más precisamente en el marco de un estudio sobre la heroica resistencia de los defensores del Alcázar y de su épica acción, dada entre el 21 de julio y el 27 de septiembre de 1936.

Junto a la fachada sur de dicha ciudadela se hallaba desde el siglo XVII el monasterio de los Capuchinos y el templo de Santa Leocadia. En la entrada de aquel podía verse una mayólica con el siguiente texto: “Atención Jesús y qué mal que haría el que en esta casa entrare y por descuido dejare de decir Ave María. Y también quien ya oída palabra tan celestial no respondiera puntual sin pecado concebida”.

Tras el asedio y el intenso bombardeo que sufriera el Alcázar de Toledo, el emblemático edificio de la Academia Militar de España quedó prácticamente reducido a escombros. Lo mismo ocurrió con la iglesia y con el convento mencionados. El Alcázar fue reconstruido, pero sólo él y no las construcciones anexas. Por lo tanto, el contenido de la cerámica cayó en el olvido.

Desde hace mucho tenía en mente que ese texto diera la bienvenida a los visitantes del Museo Criollo y desde hoy, 8 de septiembre del año en el que está cumpliendo su 60° aniversario, con la colaboración de Gráfica BodyPel lo hicimos posible.

Prof. Orlando W. Falco

(director del Museo Criollo de los Corrales y

Presidente de la Junta de Estudios Históricos de Mataderos)

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