Terminar la primaria y la secundaria sin olvidarse ningún conocimiento en el aula
Propuestas para que los alumnos lleguen preparados al próximo nivel educativo
Por la Lic. Vanesa Aichino (*)
Todos los docentes consideramos de mucha importancia poder conversar y dialogar acerca de cómo ayudamos a nuestros alumnos a construir el oficio del estudiante. Es un eje, una de las líneas de acción del Ministerio de Educación porteño, pensando tanto en el nivel primario como en el secundario.
Cuando los estudiantes comienzan la secundaria se escuchan frases tales como: “La primaria no los preparó para…”, “los alumnos no saben estudiar”, entre otras. No obstante, cuando les llega el momento de iniciar un terciario o la universidad, se escuchan las mismas palabras. Aparecen decenas de preguntas. No se trata de echarse culpas entre niveles, sino de que cada uno haga lo propio para que los estudiantes lleguen preparados al nivel educativo superior. En ese sentido, año tras año se va realizando una mayor articulación entre la primaria y la secundaria. Los egresados de séptimo grado, en febrero de cada año, tienen la posibilidad de hacer un curso introductorio al nivel que están por comenzar. Este año se va a incorporar en la escolaridad primaria un cuadernillo obligatorio de articulación e integración de contenidos. La educación primaria apunta a la formación del estudiante hace ya un tiempo.
Los maestros, conducciones y supervisiones, estamos preocupados y ocupados por ayudar a nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes, a poder construir ese oficio partiendo de la idea de que todos son capaces y pueden aprender respetando las trayectorias educativas. Aprender a aprender, aprender a convivir, a emprender, a estudiar, etc. Se trata de habilidades, competencias, que no sólo permiten el aprendizaje de contenidos (aplicándose ciertas propuestas de enseñanza) sino, además, enseñar estrategias sociocognitivas para que los alumnos puedan aprender a tejer alianzas, a poder trabajar en comunidad, aprender a aprender durante toda la vida y también, fundamentalmente, poder participar en esta sociedad.
Pero ¿Cómo se va construyendo la formación del estudiante? Es de destacar que desde los primeros grados debe haber propuestas y actividades que apunten a la progresiva adquisición de este rol. La escuela debe brindar la oportunidad para que los alumnos y las alumnas asuman con protagonismo la clase, participando activamente a través de la comunicación de sus ideas, manifestando las dudas cuando se presenten. Fomentar ser responsables en el cumplimiento (tiempo y forma) de las tareas en la escuela y en su hogar. Enseñar a crear la propia agenda, administrar y gestionar los tiempos para estudiar en forma autónoma y con compromiso en los tiempos extraescolares. Brindar la posibilidad de trabajar en forma individual, con todos los integrantes del aula en forma colaborativa, en equipo con diferentes compañeros, asumiendo que, muchas veces, le tocará trabajar con personas que tienen otros intereses, estilos de personalidad, ritmos, etc. Propiciar la participación en debates, consejos de grado, con empatía, respeto e inclusión a la diversidad. Plantear actividades que promuevan la curiosidad, la exploración de nuevos saberes y conocimientos que complementen la enseñanza ofrecida por el docente, la creatividad pudiendo aportar ideas y proyectos innovadores. Fomentar habilidades sociales como colaborar con el grupo cuando el otro lo necesite, muchas veces sin esperar que pida ayuda, generando la capacidad empática necesaria para anticiparse en estas situaciones.
Asimismo, se debe enseñar que la evaluación es parte del proceso de enseñanza y del aprendizaje y que sucede en todo momento, es continua. Además, habrá instancias de exámenes formales, con calificación y acreditación de saberes y es importante enseñar a autoevaluarse y reflexionar sobre el propio desempeño, como también la aceptación de que el error es parte del aprendizaje.
Es importante que el docente ofrezca retroalimentación a los estudiantes que le permita comprender cómo se encuentra su proceso de aprendizaje. Los alumnos deben tener una idea más precisa de qué se va a evaluar y como se llevará a cabo este proceso, ayudándoles a comprender lo que necesitan mejorar según lo que se señale en la evaluación del docente.
Otro punto interesante es aprender jugando. La aplicación de la gamificación es una de las acciones para mejorar el aprendizaje de los alumnos de primaria. Se basa en el aprendizaje a través de juegos, lo que constituye una manera de hacer que los niños y adolescentes puedan lograr de manera más fácil los aprendizajes. No podemos olvidarnos de usar herramientas y recursos educativos tecnológicos como plataformas educativas, ya que eso permite que los niños y adolescentes puedan adquirir algunas habilidades indispensables en la era digital. Hay recursos educativos lúdicos e innovadores que incrementan la motivación académica, se aprende de una forma divertida y significativa.
Para finalizar, enseñar debe traspasar las hojas de planificación y evaluación para ofrecer a los estudiantes la posibilidad de tener un aprendizaje continuo mediante el uso de propuestas que apunten a respetar las necesidades individuales y grupales de sus estudiantes. Se pone el acento en la trayectoria de los alumnos, es decir cómo ingresan, cómo permanecen, cómo van progresando y particularmente, cómo egresan de las escuelas para que puedan seguir participando en la sociedad.
(*) Aichino es licenciada en Educación, supervisora adjunta del Distrito Escolar N° 7, directora de la Escuela N° 24 D.E. 18 “Maipú” y vecina de Liniers.
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