Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
April 26, 2024 6:49 am
Cosas de Barrio

Cerrada porque sí

La subsede de la Comuna 9 lleva treinta meses sin funcionar y ningún funcionario ofrece explicaciones al respecto

La subsede de la Comuna 9 ubicada en Parque Avellaneda, se encuentra cerrada al público desde el 19 de marzo de 2020, exactamente un día antes de que se decretara la emergencia sanitaria por la pandemia de coronavirus. En otras palabras, lleva casi dos años y medio sin funcionar. Actualmente, lejos de las restricciones y el aislamiento, es la única sede comunal cerrada en toda la Ciudad de Buenos Aires y, los de la 9, son los únicos juntistas que no tienen un lugar para recibir y atender los reclamos de los vecinos, a excepción del presidente, que mantiene su despacho en la sede comunal de Mataderos.

“No tenemos ninguna información que indique que la subsede se vaya a abrir en lo inmediato y estamos trabajando desde hace meses para que eso ocurra. Durante todo este tiempo que estuvo cerrada hubo una invasión de ratas y entonces tuvieron que desratizar. Superada esa situación nos dijeron que iban a hacer reformas edilicias para poder coloca la isla de trámites virtuales, pero eso no está ocurriendo. Sinceramente estamos muy preocupados porque desde que la subsede está cerrada continúa sin funcionar el Servicio Social Zonal, que atendía a un montón de gente de los sectores más vulnerables de la comuna y además se ocupaba de todo el tema discapacidad”, explicó apesadumbrada Lorena Crespo, integrante de la Junta Comunal 9 por el Frente de Todos.

El edificio de la subsede de la Comuna 9, ubicado en el bajoautopista de avenida Directorio 4360 de Parque Avellaneda, fue inaugurado hace nueve años, en agosto de 2013, con la intención de descomprimir la atención en la sede central de Timoteo Gordillo 2212, cuyo edificio resulta limitado y obsoleto para atender la permanente demanda de los vecinos en materia de trámites con el Estado porteño. Pero además, en la delegación comunal de Parque Avellaneda se ubican las oficinas de los comuneros locales, tanto del Frente para la Victoria como de Juntos por el Cambio, quienes desde que la subsede cerró sus puertas, deben improvisar sus despachos en bares, plazas o instituciones locales.

En ese sentido, Lorena Crespo explicó “por eso planteamos este tema como un problema institucional, no partidario. Aunque aún no tenemos respuesta, dejamos planteada la gravedad de la situación y la necesidad de contar con un lugar de trabajo institucional que nos permita recibir y atender a los vecinos como corresponde. Pero además queremos saber cuáles van a ser los servicios que se van a prestar una vez que se reabra la subsede”.

Ante la falta de respuesta del Gobierno porteño, que ni siquiera atinó a argumentar un motivo por el cual la subsede aún se mantiene cerrada, los juntistas del FDT Lorena Crespo, Juan José Cháves y Fabio Pirone, impulsaron a mediados de julio pasado un pedido de informes (Expte. 1875-2022) a través del legislador Javier Andrade, que preside la Comisión de Descentralización de la Legislatura. “La intención es conocer las causas por las cuales la subsede permanece cerrada y los plazos pendientes para su reapertura”, explicó Crespo. En ese sentido, el 17 de agosto último los tres juntistas participaron de la reunión de asesores en la Legislatura, donde expusieron los detalles del reclamo. También participaron de la reunión los dos vecinos que coordinan el Consejo Consultivo Comunal 9, quienes además de reclamar por la reapertura de la dependencia remarcaron la necesidad de contar con una mayor transparencia en la labor de la Junta, a partir de la publicación de las actas de reunión y la actualización permanente de la página web. “Cosas que no están ocurriendo y que demuestran una falta de institucionalidad”, subrayó Crespo.

Por su parte, Hernán Poggi, también juntista de la Comuna 9 pero por la Coalición Cívica ARI (que integra el bloque de Juntos por el Cambio) se mostró en sintonía con su par del Frente de Todos. “Nosotros, como Coalición Cívica, acompañamos ese petitorio de mis colegas comuneros del Frente de Todos, a partir de la participación de la legisladora Lucía Romano, que es la vicepresidenta de la Comisión de Descentralización”. Y agregó “que la subsede continúe cerrada es un tema que nos preocupa, por eso lamentamos no tener una respuesta oficial que nos explique qué es lo que está ocurriendo”.

Extraoficialmente circula una versión que asegura que la subsede podría reabrirse en septiembre próximo. Sin embargo no existe ninguna certeza de que finalmente eso ocurra.

Mientras tanto, los comuneros vienen tratando este tema en las reuniones de Junta, pero, según Crespo “hay una cuestión que nos excede y tiene que ver con la centralidad de la Ciudad de Buenos Aires”. La juntista explicó que “a partir de la apertura que se dio a comienzos de este año cuando la pandemia comenzó su retirada, nosotros empezamos a presionar en ese sentido y el presidente de la Junta, Maximiliano Mosquera Fantoni, está elevando ese reclamo a las áreas correspondientes del Gobierno de la Ciudad, pero lamentablemente no está teniendo respuestas”.

Silenzio stampa

No obstante, el de la subsede no parece ser un hecho aislado en la Comuna 9. Lo mismo ocurre actualmente con la biblioteca José Hernández, de Liniers, que aún se mantiene cerrada, y con el anfiteatro del Parque Alberdi, que desde hace años se encuentra inhabilitado y lejos está de recuperar el esplendor que lo mostraba como un símbolo de la cultura local. Y en todos los casos sobresale un elemento en común: ningún funcionario porteño se atreve a argumentar las razones por las que esos espacios aún permanecen cerrados.

“Creo que desde el Gobierno porteño se aprovechó la pandemia para avanzar sobre ciertas cuestiones que no son de su interés –especuló Crespo- pero nosotros estamos enmarcados en la Ley de Comunas, la 1.777, y fuimos electos democráticamente por los vecinos para que los representemos, por eso creemos que este cierre está obstaculizando nuestra gestión como comuneros”.

Pero además, la cuestión resulta más compleja porque los servicios que se prestan en la Comuna 9 son más que escasos, en comparación con los que se ofrecen en el resto de los distritos porteños. “Acá no tenemos Registro Civil ni se puede tramitar el registro de conducir. Incluso el edificio de la sede central de Timoteo Gordillo, en un momento se puso en subasta pública, hasta que lo sacaron cuando se dieron cuenta de que era alquilado. De allí que tuviésemos que presentar un pedido de informes para tener un informe de dominio. En síntesis, hay un nivel tal de desprolijidad que asusta”, enfatizó la comunera oriunda de Mataderos.

Y respecto a la reciente presentación en la Legislatura, concluyó “no fue cómodo para nosotros decirles a los legisladores ‘sepan que no tenemos un lugar para trabajar porque el tema no se pudo resolver territorialmente’. Por eso quiero que quede clara nuestra voluntad de trabajo, a pesar de todas estas adversidades y obstáculos. Porque seguramente habrá gente que al ver cerrada la subsede piense que somos ñoquis y eso nos genera mucha impotencia. Por eso, a la par de desarrollar permanentemente nuestra labor como juntistas, estamos intentando lograr que se reabra la subsede por todos los canales posibles”.

Por su parte, el presidente de la Junta Comunal 9, Maximiliano Mosquera Fantoni (JxC), aunque no acompañó el reclamo de los juntistas del Frente de Todos, también se mostró preocupado por no poder contar con una de las dos dependencias comunales. Más aún cuando, uno de sus principales proyectos de gestión, consiste en ampliar los servicios de ambas sedes. “Quiero que desde la Comuna 9 se puedan gestionar dos servicios claves: la renovación del DNI y el otorgamiento de licencias de conducir, que desde hace años no se realizan en nuestra zona”, expresó en la entrevista que Cosas de Barrio le hiciera en febrero pasado. Y explicó “la renovación no se puede tramitar desde aquí porque para eso hace falta todo el circuito de profesionales que evalúan la aptitud del solicitante (oftalmólogo, psicólogo, etc.) y en la subsede tenemos el espacio para montarlo. Por otra parte, de acuerdo a la nueva ley de tránsito, a futuro el examen se va a rendir en la vía pública, por lo tanto, no sólo podríamos encargarnos de la renovación sino también del otorgamiento de licencias de conducir, porque ya no va a hacer falta una pista para rendir el examen”.

Sin embargo, con la subsede cerrada, aquel proyecto está muy lejos de concretarse. Claro que más grave aún es que ni siquiera se puedan utilizar los servicios existentes. “El Servicio Social Zonal funcionaba en la subsede de Parque Avellaneda y esa es un área que debe seguir siendo presencial”, reconoció por entonces Fantoni. Y cuando se lo consultó por los motivos que mantenían el edificio cerrado, expresó “la reapertura de las sedes se realizó con protocolos de distanciamiento, algunas tardaron más porque al ser más pequeñas el distanciamiento era más complejo. En nuestro caso se consideró que en la sede de Timoteo Gordillo era más practicable y no tanto en la subsede”.

Hoy ese argumento carece de sustento. Sin embargo, la dependencia comunal se mantiene cerrada y nada hace suponer que se reabra en un futuro inmediato.

Ricardo Daniel Nicolini

El karma de la Comuna 9

Si existiera un ranking de las comunas más ninguneadas por el Ejecutivo porteño, seguramente la 9 estaría a la cabeza. Las del norte, se sabe, son las más y mejores atendidas, y las del sur, por oposición, suelen recibir algún mimo como para evitar que la diferencia sea muy marcada. Pero la Comuna 9, ubicada en el extremo oeste de la Ciudad, parece no existir para el Gobierno de la Ciudad.
“Envidiamos sanamente a la Comuna 10, porque aunque está pegada a la nuestra, allí no tienen ninguno de los problemas que nosotros tenemos acá”, sostuvo sin medias tintas el juntista Hernán Poggi. Mientras que Lorena Crespo fue aún más allá “la Comuna 9 es la más desatendida de la Ciudad, porque no solamente está cerrada la subsede comunal, sino también la biblioteca José Hernández y el anfiteatro del parque Alberdi, y en todos los casos nadie es capaz de explicarnos los motivos por los cuales esos espacios públicos destinados a la comunidad local, no funcionan”.
Y puesta a analizar los motivos, expresó “queda claro que, o hay una mala gestión, o bien existe una falta de decisión política del Gobierno de la Ciudad respecto a la Comuna 9, que tal vez tenga que ver con dónde está parado políticamente nuestro presidente comunal –en referencia a Mosquera Fantoni- dentro de su propio espacio. Lo cierto es que, comparativamente con otras comunas porteñas, la nuestra es una de las más perjudicadas, no sólo en materia de servicios sino también en el plano institucional, porque no se publican las actas y cuesta mucho que se realicen las reuniones de Junta, por eso decidimos avanzar en la Legislatura”, concluyó.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *