La película más larga de Mataderos tuvo su anhelado final feliz
Tras veinte años de lucha vecinal, se reinauguró el cine El Plata y volvió a convertirse en el faro cultural del sudoeste porteño
Y un día, tres 34 años de silencio y ostracismo, finalmente el cine El Plata volvió a respirar cultura. Entonces los vecinos que durante dos décadas batallaron para cristalizar ese anhelo, observaron emocionados cómo el telón volvía a levantarse una vez más y el sueño de la reapertura se hacía realidad. Ya no bajo la cáscara endeble de dos microcines de utilería, con los que hace una década el Gobierno porteño intentó conformar a la barriada, sino ante la majestuosidad imponente de un complejo cultural que nada tiene que envidiarle a las principales salas de la calle Corrientes.
Mientras tanto, en esa histórica tarde del sábado 16 de octubre último, un enorme escenario montado sobre la vereda con musicales en continuado, convocaba a cientos de vecinos que se acercaban alborozados al edificio de Juan B. Alberdi 5751 para celebrar el retorno del mayor ícono cultural del barrio de Mataderos.
El propio Jorge Telerman, en su carácter de director del Complejo Teatral de Buenos Aires –área de la que pasó a depender el flamante cine El Plata- refrendó la importancia de la sala local, cuando al ser consultado por Cosas de Barrio, sostuvo: “Me reconforta ver que el sueño de los vecinos, a través de nuestro compromiso, llegó finalmente a buen puerto. El Complejo Teatral de Buenos Aires tiene hoy en Mataderos el teatro más moderno de la Ciudad. Aquí vamos a venir con nuestras grandes producciones, nuestros grandes directores y nuestros grandes artistas para integrar a este maravilloso barrio al circuito artístico de la Ciudad. Me emociona ver disfrutar de este sueño a los vecinos después de haber luchado tanto tiempo para lograrlo. Hoy el cine El Plata vuelve a ser una realidad, pero transformado además en un gran complejo cultural”.
Y sobre la excelente relación que se forjó entre él y los vecinos que integran la Coordinadora por la recuperación del cine El Plata, Telerman expresó “cuando se trabaja con un objetivo común y se palpa que las cosas se hacen en serio, todos los planetas se alinean. No hay nada mejor que tener objetivos comunes y creer en el otro. Y el teatro en ese sentido es una especie de gran símbolo. Cuando uno va al teatro está sentado con otras quinientas personas, uno al lado del otro, emocionándose o divirtiéndose con lo mismo. Y muy probablemente entre esa gente haya quienes votan a uno o a otro y que piensan distinto, pero sin embargo, en la cultura todos nos hermanamos y sentimos lo mismo. Ojalá que esto sea una gran enseñanza para ponernos de acuerdo y llevar adelante los grandes sueños que todos tenemos como sociedad”. En ese sentido, el exjefe de Gobierno porteño subrayó que “el vínculo con la Coordinadora va a continuar, vamos a trabajar juntos para que el barrio esté representado y que El Plata sea un lugar de encuentro”.
Y mientras Telerman dialogaba con este medio sobre el asfalto de una avenida Alberdi cortada al tránsito vehicular y repleta de vecinos, otras caras conocidas se mezclaban entre la multitud. Entre ellas la del productor Carlos Rotemberg -que desde siempre demostró su apoyo a la lucha de los vecinos- pero también la de diversos funcionarios y candidatos políticos de las dos veredas, que en plena campaña electoral no quisieron perderse la foto. Por el oficialismo porteño, además del jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y el Ministro de Cultura Enrique Avogadro, pudo verse al legislador y exvecino de Mataderos, Daniel Del Sol. Junto a ellos se mostró el presidente de la Junta Comunal 9, Maximiliano Mosquera Fantoni. Más hacia la esquina de Larrazábal se nuclearon los representantes del Frente para la Victoria, como la legisladora y ¿flamante defensora del Pueblo de la Ciudad? María Rosa Muiñoz; la también legisladora y vecina de Liniers, Laura González Velazco; y junto a ellos los juntistas locales Lorena Crespo y Juan José Chaves, entro otros referentes barriales.
Arriba el telón
La reapertura oficial del cine teatro El Plata tuvo lugar al día siguiente, cuando a las 18 del domingo 17 de octubre se levantó el telón para presentar a Los Amados, quienes se encargaron de volver a ponerle arte a un edificio que durante años se había convertido en un oscuro depósito de electrodomésticos. Pero eso sí, por ahora el complejo funciona sólo como sala teatral los viernes, sábados y domingos, al menos hasta que se terminen de acondicionar las dos microsalas del primer piso, donde se ofrecerá una variada cartelera cinematográfica partir del año próximo.
La sala principal –la misma que hasta 1987 albergó inolvidables películas en continuado- hoy luce reluciente con confortables butacas rojas de calidad y capacidad para 500 personas: una platea de 366 localidades (más nueve espacios para sillas de ruedas) y un pullman con 114 butacas. Por su parte, cada microcine tendrá una capacidad de 170 espectadores, además de las áreas de servicios.
“Estamos felices, porque esto no tiene nada que ver con las dos microsalas con piso de cemento alisado, sin calefacción y butacas de plástico horribles que habían inaugurado hace unos años. Hoy tenemos una sala de excelencia, como corresponde”, expresó exultante María Denti, una de las referentes de la Coordinadora vecinal.
Los vecinos, artífices y protagonistas
Finalmente, la incansable lucha de los vecinos que integran la Coordinadora por la recuperación del cine El Plata, llegó a un final feliz. Su activa participación, torciéndole el pulso al Gobierno de la Ciudad, que primero intentó convertir la sala en una sede administrativa de la Comuna y más tarde dilató la puesta en marcha de las obras, resultó crucial para la concreción de este logro tan anhelado por la comunidad local. Pero tras veinte años de disputas y tironeos, el propio Gobierno porteño reconoció esa tarea con gestos concretos: por un lado con la colocación de una placa de mármol que contiene la leyenda “A la lucha fundamental de los vecinos”; y por el otro con la participación de los integrantes de la Coordinadora sobre el escenario, al momento del corte de cintas. Acaso la imagen del inoxidable Roberto Gutiérrez –decano referente de la Coordinadora vecinal- junto al ministro de Cultura Enrique Avogadro cortando juntos la cinta, sea la síntesis de la tregua que permita proyectar en conjunto el promisorio futuro del cine El Plata.
“Logramos establecer una buena sintonía con Telerman y él sabe que el cine se recuperó por la lucha de la Coordinadora vecinal. Además hubo un gesto muy importante que fue el de hacernos subir a todos al escenario para reconocer nuestro trabajo. Claro que más allá de ese reconocimiento, vale recordar que este logro parte también de la demanda y la lucha judicial que planteamos, porque si no hubiese habido presentaciones judiciales con fallo contrarios a la postura del Gobierno de la Ciudad, hoy el cine no estaría abierto. Por eso recalco que esto es producto de la lucha de los vecinos, que durante años movilizamos este sueño”, enfatizó Jorge Elger, otro de los referentes de la Coordinadora y titular del Centro de Comerciantes de la avenida Juan B. Alberdi.
En ese sentido, Denti recordó que “esta Coordinadora se conformó hace trece años, pero la lucha de los vecinos de Mataderos para la recuperación integral del cine El Plata como complejo cultural, se puso en marcha en el 2001, cuando iniciamos las primeras reuniones y las primeras juntadas de firmas”. Y recalcó que cuentan con el “compromiso de Telerman para establecer una mesa de trabajo conjunta tendiente a definir los contenidos y darnos un lugar, para que los vecinos se puedan apropiar del cine El Plata y que su voz sea considerada a la hora de definir la vida cultural del complejo de aquí en adelante”. En esa línea, agregó “además de un cine y un teatro de calidad, queremos que funcione un centro cultural en el que los vecinos accedan a capacitarse en distintos talleres artísticos, porque la cultura también debe garantizar la inclusión. Queremos que las escuelas de la zona ligadas al arte, también tengan un lugar donde expresarse”.
Por los que quedaron en el camino
“Cuando hace unos días volví a entrar al cine y vi la obra terminada se me puso la piel de gallina, porque me acordaba de las primeras reuniones acá adentro, cuando esto era un baldío. Demostramos que con un poco de decisión política el sueño se podía concretar y acá están los resultados”, expresó emocionada María Denti, y Jorge Elger recordó el inicio de la lucha, cuando “rompimos un candado y nos metimos en el cine”.
Ambos coincidieron en que hoy el cine El Plata tiene la sala más moderna y mejor equipada de toda la Ciudad de Buenos Aires. “Además la acústica es excelente. Uno no es del palo pero se nota que hicieron una obra de primer nivel”, reconoció Elger.
Sin embargo, a pesar de la alegría por haber logrado hacer realidad el sueño, tanto María como Jorge paladean un sabor agridulce “porque varios de los que hicieron mucha fuerza para concretar este anhelo no pudieron ver el final feliz de la película”. Entonces mencionaron a Goyo Rensin, a Carlos Montero, a Norma González Falderini, a Ofelia, a Rupi, a Walter Ordóñez y a cada uno de los vecinos que, como ellos, dejaron la piel para que el cine El Plata volviera a brillar en Mataderos. “Walter fue el último que se nos fue y ha sido una parte esencial de esta lucha, porque le puso el cuerpo y el alma y se movió con los funcionarios pero también con los abogados para que la causa no se durmiera”, destacó Jorge, a modo de homenaje.
El símbolo de la lucha vecinal
A sus 95 años, Roberto Gutiérrez es la historia viva del cine El Plata. A los 19 lo pisó por primera vez como espectador, pero algún tiempo después se calzó el traje y, micrófono en mano, supo ser animador de diversos encuentros solidarios tendientes a reunir fondos para entidades benéficas. Aún conserva los programas de aquellas veladas que se repartían entre los asistentes. Por entonces, El Plata era sede de los estrenos cinematográficos de la época, pero además su escenario albergaba a las principales figuras de la música ciudadana, como así también espectáculos para los más pequeños, con Martín Karadagian y sus Titanes en el Ring.
Tiempo después, con el cine cerrado y abandonado, Roberto estuvo presente en cada una de las reuniones que los integrantes de la Coordinadora mantuvieron con los diversos funcionarios de turno del Gobierno porteño. “Me cansé de escuchar promesas incumplidas, pero hoy estoy feliz por la reapertura y por haber logrado un objetivo para el barrio, con la ayuda de muchos vecinos, como los cinco mil que firmaron el pedido para que, en su momento, Aníbal Ibarra comprara el edificio y se dejara asentado que tenía que ser destinado a la cultura”, sostuvo con la mirada empañada y anticipó que el próximo desafío será “mantener este espacio de cara al barrio”.
En el festejo popular del sábado 16 de octubre, Roberto se subió al escenario montado sobre la vereda para presentar a su esposa Matilde Alzaibar, quien recitó un poema de Norma González Falderini dedicado al cine El Plata. Al día siguiente, haría su reingreso triunfal al majestuoso escenario del cine para cristalizar el corte de cintas.
Más allá de su activa labor como vecino participativo, Roberto no se siente identificado por ningún color político. “Yo no tengo partido, soy militante de la cultura, porque como decía Aníbal Ford, la cultura debe ser militante”, remarcó. Y sobre su incasable espíritu de lucha, expresó con una sonrisa “yo ya no cumplo años, acumulo juventudes, y para eso me nutro de la gente joven que trabaja con nosotros”.
Su empuje contagia y enamora. Por eso, y por todo lo que significa para el barrio y los vecinos la reapertura del cine El Plata, todos sus compañeros lo aplaudieron y lo ovacionaron cuando, con la voz quebrada por la emoción, Roberto Gutiérrez volvió a decir “¡arriba el telón!”.
Ricardo Daniel Nicolini
El sueño de todo un barrio El 17 de octubre pasado el mítico cine El Plata reabrió sus puertas como complejo cultural, sumándose a las actividades del Complejo Teatral de la Ciudad de Buenos Aires, tal como lo establece la Ley 6126, aprobada por la Legislatura porteña en diciembre de 2018, que además obliga al Ministerio de Cultura a armar una programación para el cine. Allí se establece también que las obras de recuperación del histórico cine -inaugurado en 1945 y cerrado en 1987, con la proyección de la película “Esperando la carroza”- debían respetar los términos de la Ley 2665, que declaró su protección estructural, y así ocurrió. Como se recordará, en 2013 la Justicia le había ordenado al Gobierno porteño convertir al cine El Plata en un centro cultural. El Ejecutivo había adquirido la sala en 2005 con la intención de transformarlo en un CGP, pero los vecinos se opusieron e hicieron una presentación judicial. En 2010 lograron el cambio del proyecto y la Ciudad comenzó una obra en dos etapas, cuyo primer tramo finalizó al año siguiente con la apertura de dos microsalas. Sin embargo, la empresa Teximco, que estaba a cargo de la segunda etapa de las obras, la abandonó cuando faltaba un 40% para concluirla, a pesar de que ya había recibido los 27 millones de pesos pautados. Desde agosto de 2015 hasta octubre de 2019, el edificio permaneció clausurado y en franco deterioro. De allí que los vecinos volvieran a recurrir a la Justicia, que hace dos años sancionó al Gobierno porteño por incumplir la sentencia de 2013. Tras esos cuatro largos años de abandono, los trabajos se reiniciaron a fines de octubre 2019, poco antes de que el propio jefe de Gobierno porteño –en el marco de la campaña que le permitiría renovar su mandato- se comprometiera a reabrir las puertas del cine en junio del año pasado. Claro que por entonces la palabra coronavirus aún no existía en el diccionario. Hoy, el histórico edificio con sede en Juan B. Alberdi 5751 muestra todo su esplendor art decó, con su fachada original recuperada y una sala principal de jerarquía, que nada tiene que envidiarle a los principales reductos teatrales porteños. Además, todo el complejo cuenta con instalaciones electromecánicas, sanitarias y contra incendios, como así también condiciones de accesibilidad, seguridad y confort, como la climatización integral, baños para discapacitados y rampas, que se observan junto a las tradicionales escalinatas de mármol de Carrara. El cine El Plata guarda parte de la historia del sudoeste porteño, es el símbolo de una barriada que valora la cultura y que hoy se emociona al disfrutar del final feliz de la película más larga del barrio de Mataderos. |
Recommended Posts
Cine El Plata: se estrena el documental “Padre Mugica (Vive)”
3 octubre, 2024
Vélez tropezó en Rosario
2 octubre, 2024
Cuando la cultura rescata la memoria de Malvinas
1 octubre, 2024