Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
April 29, 2024 2:45 am
Cosas de Barrio

El mismo amor, la misma lluvia

Con un diluvio incesante como testigo, Vélez volvió al triunfo tras superar en el descuento a Gimnasia y Esgrima La Plata. Cuando todo hacía suponer que el partido acabaría en un insípido e inmerecido empate en uno, el Fortín se impuso con los goles de Claudio Aquino (foto) y Francisco Pizzini para desatar el desahogo del pueblo fortinero que volvió a vibrar bajo la lluvia en el Amalfitani.

Y una noche, cuando todos los meteorólogos pronosticaban una tormenta oscura e irreversible, Vélez resurgió de entre las cenizas del oprobio y construyó una victoria épica y sufrida, de esas indispensables para recuperar la confianza y soñar con la remontada.

Estaba claro. Nada podía ser peor que la catástrofe ocurrida el domingo pasado. Cualquier atisbo de enjundia, de precisión, de juego asociado, sería superador. Por de pronto, ni Florentín, ni Méndez, ni Lenny Lobato estaban en el once titular. Sus lugares los ocupaban Pellegrini, Ordóñez y el uruguayo Piñeiro. Y como para sumar al optimismo del medio vaso lleno, los antecedentes fortineros en un Amalfitani tormentoso eran ampliamente favorables (del último 2 a 0 a River del torneo pasado al inolvidable bombazo de José Luis Félix al Mono Burgos, lo certificaban ¿O no Chila?).

Sin embargo, con un Vélez volcado decididamente al arco de Gimnasia, ni el cabezazo en el área chica de Cáseres -que luego saldría lesionado- ni los mano a mano del antigol Brian Romero, podían torcer el desaliento fortinero. Hasta que a los 40’, un tiro libre desde la derecha de Claudio Aquino -la figura de la cancha y de los últimos quince partidos de Vélez- llegó a la cabeza de Valentín Gómez, que abrió el marcador para desatar la algarabía del pueblo fortinero, que explotaba de emoción ante una lluvia tan impiadosa como necesaria, para exorcizar los fantasmas del infierno tan temido. Así se iría la primera etapa.

El segundo tiempo también fue a pura agua (bendita pero angustiante). Vélez ya no era el claro dominador del partido y Gimnasia -que hasta entonces no había pisado el área fortinera- estaba obligado a ir en busca del empate. Y a los 8’, un córner desde la derecha encontró la salida en falso de Tomás Marchiori y la cabeza de Yonathan Cabral, para estampar el 1 a 1 tan sorpresivo como injusto. A partir de ahí, todo fue del local, que con muchas ganas y escaso fútbol arremetió en busca de la victoria. Las chances se sucedían (primero Thiago Fernández, después Bouzat y más tarde Aquino) y el tiempo se escurría como el agua que caía a baldazos sobre el pueblo fortinero.

Pero como en una película de Hollywood, lo mejor estaba por venir. A los 83’, ingresó Francisco Pizzini por Matías Pellegrini. Era el retorno del ex Independiente luego de una serie de actuaciones para el olvido. El árbitro adicionó 5 minutos y promediando el descuento, el propio Pizzini disparó al arco y su remate se estrelló en el brazo de un defensor del Lobo. Penal para Vélez que Aquino cambió por gol para desatar el carnaval fortinero, a pura agua y descontrol.

El reloj marcaba 96 minutos. No había tiempo para más. Gimnasia sacó del medio, Vélez la recuperó en su área y lanzó una contra letal que -una vez más- el ingresado Pizzini cambiaría por gol, el primero de su autoría con la V azulada: 3 a 1 final para el Fortín que logró su primera victoria en el campeonato, para empezar a recuperar el espíritu, ese que sabe de barajar y dar de nuevo, como para que los baldazos celestiales sean, una vez más, la bendición que marque el fin del sufrimiento.

El próximo jueves desde las 17 será el turno de revalidar el optimismo frente al recientemente ascendido Deportivo Riestra. Ojalá el equipo y el VAR, estén a la altura.

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