Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
May 8, 2024 1:45 am
Cosas de Barrio

Grandes bibliotecas de la historia

En este viaje al pasado, las cuevas de Lascaux y el comienzo de todo

Por Alejandro Andrés Bressi (*)

En esta sexta entrega -o papiro N° 6- de los grandes centros de conocimiento de la historia, les propongo viajar en el tiempo para bucear en el origen de las primeras bibliotecas.

“Siempre que los hombres han sentido la necesidad de conservar los instantes que la historia comporta, la escritura se ha hecho ley”.

Veinte mil años antes de nuestra era, en Lascaux, Dordoña, Francia, los hombres hicieron sus primeros dibujos y pinturas que mostraban su modo de vida. La escritura, una de las más apasionadas aventuras de la humanidad, se demoró, sin embargo, otros diecisiete mil años más. Nos complace pensar que aquellos hombres y mujeres que inventaron los primeros signos escritos trataban de dejar pistas de su paso por la tierra, y sin pensarlo nos legaron la “primera biblioteca de la historia de la humanidad”.

Sobre un período de más de cinco mil años se extiende la historia del libro y las bibliotecas. Pero de los dos primeros tercios de este período quedan sólo escasos y dispersos hechos que pueden servir a quien intente hacerse una idea de la situación bibliográfica de esos tiempos remotos. Aunque recientes investigaciones arqueológicas hayan proporcionado también considerable información en este campo, muchas son las cosas aún desconocidas u oscuras, y los escritores clásicos, griegos y romanos, que constituyen nuestra principal fuente para la historia de la cultura, se muestran en extremo parcos al mencionar estos temas.

Con máxima cautela, por lo tanto, debemos transitar por estos parajes inseguros; resulta sumamente fácil caer en la tentación de extraer conclusiones generadoras de un hecho individual, que posteriores descubrimientos pudieran contradecir.

Se ha dicho que la escritura es la pintura del pensamiento. Las palabras pronunciadas sólo afectan al oído, y son fugaces; las palabras escritas se ven y son permanentes. Aunque la escritura no podía reemplazar a la palabra hablada porque nunca permitiría ni permitirá reproducir el tono y el metal de la voz, con el progreso de la civilización se hizo su uso indispensable, y llegó a ser sentida en unos países antes que en otros, como una apremiante necesidad.

“Escribir es la manera adecuada de almacenar la información y transmitírsela a los demás”.

En un principio se representaron los objetos gráficamente, por ello las primitivas formas de la escritura consistían sólo en figuras. Si tomamos como ejemplo los jeroglíficos egipcios, encontraremos representados en ellos: bocas, manos, cabezas, águilas, gorriones, patos, lechuzas, leones, culebras y otros animales. También la escritura asirio-babilónica más antigua (-3000)nos ofrece imágenes tales como: ojos, manos, pies, cabezas, brazos y también pájaros, peces, soles y barcas.

“Para recoger y transmitir información más complicada, los grupos sociales inventaron ideogramas, que son los símbolos que representan ideas abstractas”. “La escritura no la inventó una sola persona ni un grupo social, sino que apareció y ha ido evolucionando de modo natural en diferentes lugares y épocas”.

Podemos afirmar que, primeramente, la escritura fue ideográfica o representativa de las ideas, no de las palabras o voces. La pintura material de los objetos constituyó el primer medio de comunicar el pensamiento, y luego siguió la pintura simbólica y jeroglífica.

Con el transcurso del tiempo se vio que los medios hasta entonces empleados no eran suficientes, y se inventó la escritura fonográfica o representativa de los sonidos y de las voces. Este tránsito fue importantísimo y hoy la escritura fonográfica es considerada como una de las grandes creaciones del ingenio humano.

Nos encontramos en la próxima entrega. Y recuerden que recibimos sus consultas, sugerencias y opiniones en el correo electrónico: alejandroandresbressi@gmail.com.

(*) Bressi es vecino de Liniers, bibliotecario profesional, exresponsable de la biblioteca José Hernández, profesor de inglés, historiador e investigador de las grandes bibliotecas de la historia.

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