Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
April 23, 2024 5:22 am
Cosas de Barrio

Rincón de letras

El paisaje barrial como disparador de historias

Una vez más le damos lugar a esta sección, dedicada a dar rienda suelta a la creatividad literaria de nuestros lectores. En esta oportunidad incluimos un relato crudo e impactante que, recostado en el paisaje barrial, se sumerge en una historia que bucea en los márgenes de la burocracia, los aprietes y la corrupción. Elaborado por Inés Vendramín, el texto transcurre en la singularidad de las calles linierenses, donde se plasma la tensión de un relato de ficción capaz de sensibilizar al lector, ante la sola posibilidad de imaginarlo replicado en el plano de lo real.

De esta forma, aquellos lectores que deseen remitir sus escritos literarios a esta redacción –en formato de cuento o poesía- para ser publicados en este espacio, podrán hacerlo vía mail a cdebarrio@hotmail.com o de manera postal a Rivadavia 10718 7º Piso Dpto. 34 (1408) Ciudad de Bs. As. El único requisito es que la historia transcurra en algún punto de nuestra entrañable geografía barrial.

Las bocinas

Ocurrió una desgracia. Se había impresionado tanto que conversaba, sin respiro, con los habituales parroquianos del club de Montiel al mil trescientos, lugar tranquilo donde no aturdían las bocinas, ni el mal humor: “¡Todos los días pasa algo!”.

Ni bien entré al bar del club Brisas, se acercó y me dijo: “El informativo dio la noticia: el camionero, alcoholizado, conducía a gran velocidad por Humaitá, de repente vio la calle destruida por los baches, intentó frenar, pero en el encontronazo con el poste que sostenía los cables de alta tensión, los tiró sobre un grupo de chicos que volvían de la Escuela 2, la Francisco Álvarez. Murieron electrocutados. Una mujer entrevistada por la periodista dijo: Desde hace algunos años reclamamos el arreglo de varias calles, nadie nos escucha, las protestas callejeras caen en la nada…. Agregó: Mañana se oficiará una misa en el Parque Santojanni”.

En una mesa, entre amigos, jugaban a las cartas. Alguien opinó: “Los periodistas oscurecen las noticias con tanta habilidad que nos quedamos en el limbo…”.

Un joven protestó: “Es que vivimos en una sociedad sin conciencia y aceptamos lo inaceptable…”

“¡Chabón! No seas tan dramático…”.

Desinteresados se centraron en el juego.

El fiscal guardó el diario en un cajón del escritorio, la noticia figuraba en grandes titulares. Salió de su oficina sin ver el desorden: pocillos sin lavar, ceniceros llenos de colillas, libros abiertos: había consultado toda la noche asuntos judiciales. Tenía que resolver varios casos y cuando defendía alguno como el de ahora, se volvía descortés con una urgencia parecida a la furia.

Se dijo: “No voy a aceptar presiones. Las investigaciones se asfixian en lo que se transformó el país: narcotráfico, asesinatos, papeleríos demorados e inútiles, justicia engañosa… En fin, tendré que enfrentar la burocracia, mentiras, acomodos… El escritor José Saramago me habría dicho ‘el problema es que en todo el paisaje de alrededor no se ve ni una sombra a la que acogerse’”.

Anotó algunas  reflexiones en hoja aparte del informe. Controlaría con su secretario los datos sobre estas muertes, que se hubieran podido evitar.

Lo encontró trabajando sin importarle la hora.

-… A propósito…  ¿Pudo hablar con… 

El secretario lo interrumpió: – Por el momento se negó a recibirme, su auxiliar me dio respuestas confusas, sugirió coimas. Me disgusté, volveré a insistir – afirmó.

-Es usted muy eficiente. ¡Eh…! Primero descanse un poco… ¡hombre! Vayamos a desayunar.

Todo fue muy rápido: el fiscal sintió las trompadas en su pecho y cayó al piso. Empezó a desdibujársele un rostro de mirada cruel, pasos que se alejaban… voces distantes.

Tal vez, el mismo que lo golpeó, dijo: 

-Éste no joderá más por unos cuántos días. El aviso está claro, hasta su secretario la ligó: todavía sigue inconsciente.

Las bocinas aturdían.

Inés L. Vendramín

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