Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
April 16, 2024 3:29 pm
Cosas de Barrio

Cuando a Liniers se le encendió la lamparita

El recuerdo de quienes se encargaban de iluminar las calles del barrio

Por Daniel Aresse Tomadoni (*)

Sin dudas, en materia artística, una de las profesiones más interesantes y comprometidas es la del iluminador. Su tarea resulta vital en cine, teatro y televisión, como así también en la puesta en escena de diversos espectáculos. Siempre hubo pocos y buenos, que inmediatamente fueron absorbidos por la industria del entretenimiento.

Pero en la parte doméstica, en lo que respecta a Liniers, hubo algunos dedicados a iluminar actos y espectáculos en las grandes salas emblemáticas que tuvo el barrio, como el Edison o el Capitolio. Ellos, en estos formidables reductos teatrales, se encargaban de manejar llaves, tableros y hasta faroles seguidores, con los que se bañaba de luz a los artistas.

Pero también hubo otros que, tal vez sin ser iluminadores, eran los encargados de colocar pacientemente las cuadras y cuadras de guirnaldas durante los festejos de Carnaval, en aquellos inolvidables años 60’. Con gran destreza y organización, en dos días cortaban las calles adyacentes al escenario y los palcos, y trepados a una alta escalera con ruedas enormes y manijas, iban de aquí para allá no sólo colocando las tiras de portalámparas, sino también enroscando una por una las miles de lámparas en tiempo récord.

De chico me gustaba observar todo ese despliegue para lograr que en pocos días estuviese todo listo para “los cuatro días locos” de Carnaval. Posteriormente, montaban en cada cuadra una enorme llave de encendido para que las luminarias brillaran al máximo en esas noches inolvidables. Nunca supe el origen de todas esas lámparas ni el de las redes de luz, aunque deduzco que serían de alguna de las importantes casas de electricidad de la zona: Marcolux o Liber Hnos, que aún hoy funciona sobre Ramón Falcón, junto a la Galería Crédito Liniers.

Claro que también estaban aquellos otros iluminadores, esos que se los veía al atardecer caminando o en bicicleta con su llavecita en mano, para abrir unas cajas estratégicamente ubicadas en cada cuadra desde donde se encendían las luces del alumbrado público en las calles y los pasajes del barrio. De la misma manera, por la mañana, apenas despuntaban los primeros rayos de sol, las apagaban.

Pasó el tiempo y con él llegaron las primeras luces a gas de mercurio, reemplazando en parte a las incandescentes. Recuerdo que, en un principio, los vecinos las rechazaron por su particular tonalidad. Y más tarde los “faroleros” fueron reemplazados por las fotocélulas de encendido, que se mantienen hasta la actualidad, para controlar incluso a las potentes luces led.

En fin, una foto -bien iluminada- de un pasado más tranquilo y menos acelerado, tal vez más feliz y disfrutable. Hasta la próxima y gracias por permitirme compartir este recuerdo.

 (*) Aresse Tomadoni es director general de Multinet (Radnet/La Radio, El Viajero TV, Club de Vida TV)

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