Hacer el bien mirando a quién
Los equipos de Cáritas de las parroquias Luján de los Patriotas y Las Nieves asisten mensualmente a un centenar de familias del barrio
“No es necesario irse al interior para misionar, porque en el barrio la necesidad es mucha”, sintetiza Alomaí Miranda, de 25 años, coordinadora de Cáritas parroquial en Nuestra Señora de Luján de los Patriotas, de Emilio Castro y Carhué. Y sus palabras se ajustan a las de Mercedes Probst, su par de Cáritas parroquial en Nuestra Señora de las Nieves, de Ventura Bosch y Lisandro de la Torre, para quien, en tiempos de pandemia la demanda de ayuda de mucha gente creció “considerablemente”.
Al igual que el personal médico y policial, ambas están en la primera línea de fuego, aunque en el frente solidario, en la guerra que el coronavirus le declaró al país hace un año y cuatro meses. Desde su lugar, asisten material y socialmente a familias necesitadas y a personas en situación de calle, beneficiarios de las donaciones que mes a mes reciben y que, por la pandemia, aumentaron en tamaño.
“Nunca había pisado Cáritas”, cuenta Alomaí, quien coordina la entidad parroquial desde marzo del año pasado, justo cuando empezó la pandemia. Por ser personas de riesgo, los anteriores coordinadores tuvieron que “guardarse”. Desde entonces, Juan Manuel Ribeiro, párroco del Lujan de los Patriotas y encargado de la entidad solidaria allí, confía en un reducido grupo de jóvenes, de entre “siete y diez integrantes”, para recibir, catalogar, racionar y entregar las donaciones que provienen de la comunidad eclesiástica, barrial y educativa.
Principalmente, las donaciones llegan en alimentos o en dinero a través de transferencias bancarias. “Tratamos de pedir alimentos no perecederos y nutritivos, porque no sólo queremos ayudar, sino también dar dignidad”, explica la joven, que conoce la lista de alimentos de memoria: “leche, caldo, yerba, productos de limpieza, que en pandemia es importante y caro a la vez; mate cocido, polenta, fideos y arroz. Estos tres últimos son los que más dona la gente”. No obstante, asegura que debido al parate social producto del aislamiento obligatorio, “hubo meses en los que la gente donó alrededor de diez productos”. Fue a partir de allí que el equipo de colaboradores decidió impulsar una difusión por redes sociales. “Son fundamentales”, subraya Alomía.
Gracias a ese rebote digital, “a medida que crecía la necesidad, crecía la generosidad”, explica el párroco del Luján de los Patriotas, y cuenta que desde allí asisten a cuarenta familias compuestas por aproximadamente doscientas personas, entre las cuales hay 85 menores. “En su mayoría son familias de Mataderos, pero también hay varias de Lomas del Mirador, por ser una parroquia lindante con la General Paz”, agrega el Padre Juan Manuel.
Cada segundo sábado del mes se entregan los bolsones que contienen gran variedad de alimentos -incluso algunos racionados, como el medio paquete de yerba- divididos por cantidad de miembros en la familia. “Pueden ser de dos a tres personas, de cuatro a cinco o de seis a ocho”, explica Alomaí, y luego cuenta que “por lo general los vienen a buscar acá. Ellos tienen un volante donde figuran las fechas en las que de 16:30 a 18 pueden pasar a buscarlos, y entonces charlamos un rato, los escuchamos, porque no sólo tienen una necesidad material, también precisan ser escuchados y contenidos”.
En la parroquia de Las Nieves, la situación de la entidad de caridad es similar en todo sentido: número de beneficiarios, nivel de vida de las familias necesitadas y tipos de donaciones. Tal vez, la única diferencia esté en el plus religioso que brindan a los más necesitados: “se hace un acompañamiento telefónico de las personas y una catequesis, en la medida de lo posible, para que puedan sentirse cuidadas y amadas por Dios”, afirma Mercedes Probst, una de las coordinadoras de Cáritas Las Nieves.
Allí la campaña de donación de alimentos se puso en marcha a fines del año pasado, impulsada por el Padre Adrián Maccarone, ex vicario de Las Nieves, con la supervisión del cura párroco Adolfo Granillo Ocampo. Ahora la responsabilidad recae en el Padre Ezequiel Castañer, quien explica que el fin de la iniciativa, difundida por redes sociales, es “concientizar a la gente de que hay familias necesitadas en el barrio y ampliar las donaciones, porque lo que se recibía no alcanzaba”. En otras palabras, “los aportes que llegaban de la comunidad parroquial y barrial no eran suficientes para completar los bolsones mensuales destinados a los hogares carenciados ubicados en el radio de la parroquia. Sin embargo, gracias a la difusión de la campaña, en estos últimos meses el apoyo creció mucho”, asegura Mercedes.
En Las Nieves se asiste a sesenta familias, o “sesenta historias”, como prefiere llamarlas el Padre Ezequiel. Son personas con jubilaciones precarias, inmigrantes sobre todo de Bolivia con trabajos inestables o sin ingresos, pensionados, madres solteras con muchos hijos y trabajadores en negro como los vendedores ambulantes. El año pasado eran casi 40 las familias necesitadas a las que asistía la parroquia de Liniers, es decir que este año la demanda creció un 50 por ciento. “Por eso fue necesario reorganizar la campaña”, advierte Mercedes, una de las tres coordinadoras de Cáritas Las Nieves, y cuenta que las donaciones que reciben las clasifican en la llamada “Casita de la misericordia”, que se ubica en el pasaje Carballido y Founrouge. “Ahí se almacenan las donaciones, que en su mayoría son alimentos, pero también hay ropa, juguetes, útiles escolares y hasta electrodomésticos. Incluso nos han donado camas y roperos”, cuenta Mercedes.
Al igual que en Lujan de los Patriotas, los bolsones se entregan una vez al mes. De esa tarea, como de recibir, clasificar y empaquetar las donaciones, antes de marzo de 2020 se encargaban quince voluntarios, pero actualmente son entre cinco y diez personas las que colaboran en esa tarea. Son las mismas almas solidarias que también están al servicio de “unas veinte personas en situación de calle”, según estima Mercedes, a quienes asisten con abrigo y comida.
Quienes deseen aportar su granito de arena, pueden acercar su donación a la Secretaría parroquial de Las Nieves (Ventura Bosch 6665) los días lunes, martes, jueves y viernes de 17:30 a 20. Hoy hace falta aceite, polenta, harina, lentejas, yerba, jabón blanco, frazadas y abrigos, aunque como aclara el padre Ezequiel, “todo es bienvenido”. Mientras que en Lujan de los Patriotas se necesitan alimentos (sal, leche, cacao, galletitas dulces, jardinera/arvejas/choclo) y productos de limpieza (shampoo, jabón de tocador y blanco, detergente) que pueden acercarse a avenida Emilio Castro 7156.
Es cierto, la pandemia nos cambió la vida, pero tal vez ese cambio nos fortalezca como sociedad y nos permita darnos cuenta que la solidaridad es el camino para empezar a salvar al mundo.
Santiago Rodríguez
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