Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
April 18, 2024 6:22 am
Cosas de Barrio

La Terminal de ómnibus de Liniers se prepara para retomar la actividad

De cara a la temporada de verano y tras permanecer ocho meses vacía, volvería a estar operativa en diciembre. Las boleterías ya están funcionando

El 20 de marzo a las 22:45, en una noche dominada por el calor, un ómnibus semicama proveniente de la Costa Atlántica llegó a la Terminal de Liniers. “Ese fue el último servicio que arribó, desde ese momento la Terminal dejó de funcionar”, cuenta apesadumbrado Nahuel Castilla, director de Parada Liniers, la empresa que desde 1995 concentra el flujo de micros de mediana y larga distancia en el sudoeste porteño y une al barrio de Liniers con 1.600 destinos nacionales y de países limítrofes.

Ocho meses pasaron desde entonces y lo que solía ser un hormiguero humano se transformó de pronto en una postal de la desolación. “Fueron meses de un esfuerzo enorme para intentar sostener la estructura de la empresa”, explica Castilla desde su oficina del primer piso de Ventura Bosch y General Paz, mientras por la ventana se observan las dársenas y los pasillos vacíos. “Un trabajo compartido entre directivos y empleados –continúa- para empujar el carro durante mucho tiempo en que no había certezas sobre el retorno a la actividad. Allá por marzo evaluábamos que el peor escenario iba a ser que no haya actividades hasta junio, pero luego eso se prolongó hasta hoy en que, si bien están habilitados los servicios, las frecuencias son mínimas y orientadas únicamente al traslado de personas esenciales o con la debida justificación para viajar”.

Esas frecuencias mínimas y encapsuladas que menciona Castilla, se pusieron en marcha el lunes 16 de noviembre último, y aunque todavía no hay una confirmación oficial, se especula que en los primeros días de diciembre la Terminal de Liniers podría empezar a retomar parte de su ritmo habitual. “Hoy ya están habilitadas las ventanillas para la compra de pasajes, y esperamos que a partir de diciembre se reinicie el regreso paulatino de los servicios, ya que las frecuencias están sujetas a las aprobaciones de cada jurisdicción donde ingresan los ómnibus a lo largo de su recorrido”, aclara, y confía en que “a medida que la situación sanitaria se estabilice, se irá incrementando el flujo de los servicios”. La Terminal de Liniers tiene contrato con cincuenta empresas de transporte de mediana y larga distancia.

Claro que, así como hay mucha gente que necesita viajar por diversos motivos, también están aquellos que optan por no hacerlo, por temor a un eventual contagio. Actualmente, en los cuatro accesos a la Terminal de Liniers (Ventura Bosch, colectora de General Paz, Ibarrola o José León Suárez) se ubica un efectivo de la Policía Federal que se encarga de filtrar a quienes deseen ingresar al predio, solicitándoles DNI y tomándoles la temperatura, además de consultar los motivos de la visita. “Nos manejamos con los protocolos vigentes según la normativa dispuesta por el Ministerio de Transporte y el Gobierno porteño -argumenta Castilla- por eso al llegar a la terminal se limita el ingreso a los viajeros y a los interesados en adquirir boletos. Luego, a la hora del viaje, los pasajeros deben saber que no está autorizado el servicio de catering a bordo y que deben viajar con el tapaboca durante todo el recorrido”.

– Antes de declararse la pandemia ¿Les había quitado público la Terminal Dellepiane?

– El público que viaja desde y hacia la terminal de Liniers lo hace por una cuestión de comodidad, seguridad y accesibilidad que no le brinda Dellepiane. Del mismo modo, a las empresas de transporte les resulta incómodo el trayecto hacia esa zona.

– Hace un par de años trascendió que el Gobierno porteño había intentado comprarles el predio con la intención de potenciar la Terminal Dellepiane ¿Sigue vigente hoy esa posibilidad o la descartaron de plano?

– Eso fue un rumor que instaló alguna mente advenediza. Jamás existió ningún intento de compra o relocalización.

Parada Liniers tiene actualmente una planta de 110 empleados directos a los que se suman otras doscientos personas, que se desempeñan en las distintas boleterías y locales comerciales que funcionan en la Terminal. A eso debe sumársele el movimiento que genera en las inmediaciones del predio el constante flujo de pasajeros, que permite sostener negocios periféricos, como el de los kioscos, remiserías y locales de encomiendas. Rubros, todos, que se han visto seriamente perjudicados al no estar operativa al Terminal.

No es casual entonces que en estos meses, la empresa haya tenido que recurrir a la ayuda del Estado para abonar los sueldos del personal (a través del ATP) y a diversos créditos bancarios. La crítica situación por la que atraviesan los obligó a postergar algunas modificaciones edilicias que ya estaban proyectadas. “Siempre la intención es mejorar el servicio, pero no escapamos a la realidad del país y a la de una actividad que, por lo pronto, no volverá a tener en el futuro cercano los niveles de prepandemia”, augura Castilla.

Desde que comenzó a funcionar hace 25 años, la Terminal de Liniers se presentó como una alternativa válida para el pasajero de la zona sudoeste de la Ciudad y el conurbano, que hasta entonces contaba sólo con Retiro como punto excluyente de salida y llegada a la hora de viajar en ómnibus. Pero además contribuyó al ordenamiento vehicular de ese sector neurálgico de Liniers, en el que hasta entonces los ómnibus de larga distancia solían subir o bajar pasajeros sobre las veredas de la avenida General Paz.

– Luego de un año tan complejo como éste y de cara a una inusual temporada de verano ¿Qué expectativas tienen para el año próximo?

– Estamos atravesando la peor crisis que nos tocó vivir como empresa, y sabemos que aún falta mucho para recuperar el nivel de trabajo que mantuvimos hasta marzo pasado. Por eso hoy simplemente queremos volver a trabajar, demostrando la seriedad y el compromiso con el que siempre nos manejamos, brindándole el mejor servicio al pasajero.

Ricardo Daniel Nicolini

¿El viajar es un placer?

Aunque aún no se anunció oficialmente el retorno del transporte de media y larga distancia en territorio porteño, se especula que en diciembre volverá a ponerse en marcha, con servicios limitados. Por eso hace algunos días se difundió la normativa que tendrán que aplicar los ómnibus que partan o arriben a la Ciudad de Buenos Aires.
Enlos micros de media y larga distancia, la capacidad máxima será de 37 pasajeros en los vehículos “semi cama”, de 26 en los denominados “cama ejecutivo” y de 18 en los “cama suite”. Además, se tendrá que “proveer elementos de protección que cubran nariz, boca y mentón (podrán ser reutilizables) a los conductores y demás empleados que desarrollen tareas vinculadas a la actividad en las distintas instalaciones fijas de las empresas”, indica la resolución.
Otro punto refiere a la implementación de “los mecanismos necesarios” para tomar la temperatura de los trabajadores, tripulantes y pasajeros, y para la “ventilación, desinfección y limpieza, en especial de los espacios comunes y sanitarios”.
Por otra parte, recomienda que en las unidades exista, “una separación física que divida a usuarios y conductores”, que deberá ser de material transparente para no afectar las condiciones de visibilidad ni comprometer la seguridad para brindar los servicios.
Antes y después de cada viaje se deberá desinfectar el interior de los vehículos “mediante un pulverizador rociador con una solución desinfectante a base de alcohol, lavandina, amoníaco u otro desinfectante que en el futuro se sugieran conforme nuevas evidencias científicas”.
En cuanto al uso del aire acondicionado, deberá funcionar en modo recirculación y cumplir con las 20 renovaciones de aire por hora en toda la unidad, aunque se detalla que podrá utilizarse “la mejor alternativa disponible supeditada a la evidencia científica”. Asimismo, aunque permanezca encendido durante el trayecto, es necesario mantener “la totalidad de los ventiletes y/o ventanillas abiertas”, de acuerdo a lo publicado en el Boletín Oficial.
Las normas tendrán vigencia para todos los operadores de transporte automotor de pasajeros de jurisdicción nacional, transporte de carga de jurisdicción nacional e internacional y a los concesionarios de las terminales de ómnibus y ferroautomotoras.

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