“El personal siempre es escaso, pero lo mejor que tenemos es el personal”

Lo aseguró el comisario inspector Marcelo Loto, titular de la Comisaría Comunal 9, en una entrevista exclusiva. El principal referente policial de la Comuna 9, se refirió además a los delitos más comunes que ocurren en cada barrio del distrito y a las tareas desarrolladas por el personal para prevenirlos y contrarrestarlos. En ese sentido, destacó la importancia del accionar mancomunado con los vecinos. “Estamos preparados para velar por el cumplimiento de la ley, y para cuidar y proteger al ciudadano. Esa es nuestra misión y debemos cumplirla a rajatabla”, sostuvo.
Desde enero pasado, cuando reemplazó a su par Gustavo Banaclocha, el comisario inspector Marcelo Loto tiene a su cargo la seguridad de la Comuna 9, que incluye a los barrios de Liniers, Mataderos y Parque Avellaneda. Loto es licenciado en Relaciones Internacionales y está estudiando Abogacía. A sus 47 años, lleva 28 como policía. Cuenta que nació y aún sigue viviendo en Ezeiza. “No lo cambio por nada”, le dice a Cosas de Barrio, en el marco de la entrevista desarrollada en su despacho del primer piso de la moderna comisaría de Juan B. Justo y Gana.
Sus inicios en la fuerza fueron en la Policía Federal, más precisamente en las comisarías 4ª y 11ª. Poco después tuvo a su cargo la custodia presidencial durante la gestión de Eduardo Duhalde y parte de la de Néstor Kirchner. Posteriormente fue parte de la División Investigaciones, donde permaneció diez años, y ya en 2012 pasó a integrar la Policía Metropolitana, para en 2017 comenzar a formar parte de la Policía de la Ciudad. Antes de arribar a la Comuna 9 estuvo en la 8, como comisario jefe de la División Investigaciones.
– ¿Qué particularidades tiene la Comuna 9 en materia de seguridad?
– La Comisaría 9 cubre mil doscientas manzanas, pero con baja densidad de población, fundamentalmente en Parque Avellaneda y Mataderos. Liniers ya tiene un mayor caudal poblacional y más gente en tránsito. De hecho, entra el doble de gente de la que vive en la comuna. Así, en Liniers el delito más habitual es el hurto o arrebato de teléfonos celulares, básicamente en las horas pico en la zona de la estación y el centro de trasbordo. En Mataderos es frecuente el arrebato en avenidas como Alberdi o Emilio Castro y también el robo de autopartes, como ruedas de auxilio, en vehículos estacionados en la vía pública. Y en Parque Avellaneda se da bastante el robo de baterías de automotores. Esporádicamente puede ocurrir alguna entradera. Esos casos, una vez que se reciben, los maneja la Brigada de Investigaciones, que hace un seguimiento exhaustivo.
Loto destaca que la labor que a diario desarrolla la Brigada de Investigaciones en la zona, resulta crucial en materia preventiva. “Hay lugares específicos, como las inmediaciones de la Estación Liniers y la terminal de ómnibus -explica- donde su presencia se torna imprescindible. Los efectivos recorren esas cuadras de civil y todos los días tenemos actuaciones referidas a la Ley de Drogas. En esos casos, se detiene a los sospechosos, se retiene el material y se eleva a la Fiscalía. En Ley de Drogas hay una Unidad Fiscal especializada, ellos juntos a la División de Drogas, avanzan en la investigación y tratan de dar con el búnker para llegar a desbaratar el circuito”.
– ¿Se registran casos de violencia de género?
– Sí, claro. Violencia de género es una modalidad habitual en la que intervenimos, y le damos mucha importancia al tiempo de arribo del personal policial en la emergencia. Además, al tener acá mismo la Oficina de Género, es mucha más expeditivo tomar la denuncia y actuar en consecuencia. De hecho, Género también tiene brigadas de civil recorriendo la calle en forma permanente. Además, acá tenemos capacitaciones constantes en ese sentido.
Las tres dependencias policiales que funcionan en la Comuna 9 reúnen actualmente un total de 960 efectivos, para brindarles seguridad a 160 mil vecinos. “No vendría mal contar con más personal”, admite el comisario Loto, y luego se atreve a un juego de palabras. “El personal de calle siempre es escaso, pero lo mejor que tenemos es el personal de calle, porque hace todo lo que puede con lo que tiene y, a veces, mucho más”. Dice sentirse “muy orgulloso” de su gente, y cuenta que cada vez que puede se los hace saber. “Por eso -subraya- es importante trabajar junto a los vecinos, y cuando ellos advierten alguna situación irregular no deben dudar en llamar al 911, porque siempre tenemos personal para una emergencia”.
A esa dotación se le suman los móviles policiales, distribuidos en función de la extensión de la zona a vigilar. Así, en la Comisaría 9A (Mataderos) hay 19 patrulleros, en la 9B (Liniers) otros quince y en la 9C (Parque Avellaneda) trece. “Cada patrullero -explica Loto- recorre una cuadrícula particular dentro de cada comisaría vecinal. Por ejemplo, la Comisaría 9C está dividida en tres sectores. Pero además de los patrulleros, están los policías de a pie cubriendo su parada fija, y los móviles del 911, que intervienen en una emergencia. A eso se le suma el patrullaje en bicicletas (cuatro en la 9C, seis en la 9B y cuatro en la 9ª) que circulan básicamente por los corredores escolares, pero también por el parque Avellaneda y el barrio Los Perales. Además, cada comisaría vecinal tiene dos motos que hacen sus recorridos por cuadrantes”.
La cobertura la complementan las cámaras de seguridad y el anillo digital, que le permite a la dependencia monitorear los hechos delictivos en tiempo real y actuar en consecuencia. Asimismo, una vez por semana la Comisaría Comunal 9 recibe un informe estadístico detallado del Ministerio de Seguridad, en el que se observa la evolución semanal del delito, con comparativos mensuales y anuales.
El seguimiento también se realiza a través del Sistema Integrado de Seguridad Pública (SISeP), una herramienta de tecnología avanzada que les permite a los jefes geolocalizar al personal y a los móviles de calle, al partir del monitoreo de los teléfonos celulares de cada policía. Además, está enlazado con el SAME. “Este sistema no sólo agiliza el servicio ante una emergencia, sino que también es una herramienta de control que nos permite verificar si el servicio se está cumpliendo o no”, explica Loto.
Uno de los habituales reclamos de los vecinos de Liniers está referido a las riñas que cada fin de semana se produce en la zona de las bailantas, de Rivadavia al 10900. “Allí, la Comisaría 9B dispone de un servicio específico, con personal afectado desde temprano y hasta altas horas de la madrugada. Pusimos más personal y logramos reducir las riñas que solían verse en las inmediaciones, de hecho, en las reuniones de vecinos era un tema recurrente y ahora ya aparece de manera esporádica”, aclara Loto, aunque luego advierte que “puertas adentro del boliche, uno no puede controlar lo que consumen”.
– Algo similar ocurre en las inmediaciones del estadio de Vélez, los días de partido o de recitales…
– Sí, pero nosotros, con lo que es Eventos Masivos en Vélez, tenemos el control del tercer anillo de seguridad. El primer anillo es dentro del estadio, el segundo cubre las veredas en la parte externa, y el tercero, que es el nuestro, se ocupa del resto del perímetro del estadio. A su vez, ese tercer anillo se divide en tres sectores, el uno y el dos pertenecen a la Comuna 10 porque es de Juan B. Justo hacia el norte, y el tercero es el nuestro, que cubre de Rivadavia a Juan B. Justo, desde Barragán hasta General Paz. Nosotros aportamos el personal que nos solicita la gente de Eventos Masivos, en función de la convocatoria que tenga cada espectáculo. Ese personal está dedicado a prevención de delitos de todo tipo, además de contravenciones y faltas, como uso indebido de espacio público en la venta de merchandising y bebidas. Sabemos de los padecimientos de los vecinos, que se quejan de que no pueden estacionar, de la suciedad y de los controles exagerados, pero todo eso depende de Eventos Masivos.
Durante la charla, el comisario Loto destacó la importancia de las reuniones con los vecinos que se desarrollan en cada barrio de la Comuna en el marco del Programa “Comisarías cercanas”, el primer jueves de cada mes. “Hay vecinos que nos piden que les podemos los árboles, que reparemos el alumbrado público, que les vaciemos un contenedor o que arreglemos un semáforo, y nosotros se lo agradecemos, porque eso también hace a la seguridad. Además, nosotros tenemos la forma de canalizar esos reclamos con los distintos organismos del Gobierno de la Ciudad. Porque más allá de la seguridad, el policía de calle también está para colaborar con el vecino, como el antiguo vigilante de la esquina. De hecho, tiene la directiva de acercarse a los vecinos y a los comerciantes para consultarlos sobre la seguridad en su cuadra”, enfatiza el comisario.
La labor del comisario inspector Loto depende del comisario mayor Néstor Merli, quien tiene a su cargo las comunas del sur porteño (4, 8 y 9). A su vez, Loto tiene bajo su jurisdicción las seccional 9A (Mataderos), a cargo del comisario Ariel Pereyra; 9B (Liniers) representada por el comisario Ariel Vitelli y la subcomisaria Valeria Buono; y la 9C (Parque Avellaneda) a cargo del comisario Diego Ruiz Díaz.
– Para cerrar, comisario ¿Qué mensaje les dejaría a los vecinos?
– Que ante cualquier sospecha de un ilícito no duden en llamar al 911. Antes de mandar un mensaje a un grupo de whatsapp, llamen al 911. Estamos para eso, el patrullero está obligado a responder a los llamados porque nuestro trabajo pasa por ayudar al vecino. Y le puedo asegurar que esa tarea nos reconforta.
Ricardo Daniel Nicolini
Palabra de comisario
En el marco de la entrevista, el comisario Loto aprovecha para acompañarnos en una recorrida por el moderno edificio de la sede de la Comisaría Comunal, de Juan B. Justo y Gana, inaugurado hace apenas tres años. Una dependencia acorde a las necesidades, que se ajusta al perfil del policía actual y que, entre otras prestaciones, incluye sala de lactancia y gimnasio.
– Es notoria la preparación física que presentan los efectivos y el contraste con el policía gordito que hasta hace algunas décadas solía verse en las esquinas ¿Existe una preocupación en ese sentido?
– Sí, claro. Tenemos entrenamientos físicos y de tiro anuales en el Instituto para todo el personal, con importantes niveles de exigencia. Pero además en nuestra dependencia tenemos un gimnasio. Entendemos que es importante que el policía de calle esté a la altura de las circunstancias, y la aptitud física constituye una condición esencial.
La charla con el comisario Loto es amena y frontal, tanto como para profundizar en aspectos que hacen a su esencia como hombre de la fuerza. “Soy policía de alma, como mi Viejo”, asegura. Y con una sonrisa, agrega “es la profesión que elegí y para la que me formé, es mi vocación y es un orgullo ponerme este uniforme cada día. Saberme útil para la comunidad es la llama que no se apaga, la que me mantiene vivo”.
– Con ese perfil del policía ligado al servicio público ¿Qué le pasa cuando ve las imágenes de efectivos agrediendo a jubilados en las inmediaciones del Congreso?
– No las comparto en absoluto, porque es una imagen que no nos representa. No obstante, a veces las fuerzas federales que actúan en una manifestación están expuestas a esos procederes. El policía de calle está formado para brindar seguridad y prevenir hechos de violencia. En nuestro caso, como efectivos de la Policía de la Ciudad, tenemos capacitaciones permanentes tendientes a coordinar las acciones en contexto de manifestación, privilegiando siempre la integridad física de las personas, pero esencialmente de niños y ancianos. Estamos preparados para velar por el cumplimiento de la ley, y para cuidar y proteger al ciudadano. Esa es nuestra misión y debemos cumplirla a rajatabla.
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