Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
April 26, 2024 12:29 pm
Cosas de Barrio

El estadio José Amalfitani, el sitio más representativo del barrio de Liniers

Así lo expresan los resultados de la última encuesta digital de Cosas de Barrio

De acuerdo con la opinión de la gente que durante el último mes participó de la encuesta digital que Cosas de Barrio realizó en su sitio de Internet (www.cosasdebarrioweb.com.ar), el 37 por ciento de los votantes señaló que el sitio más representativo del barrio de Liniers es el estadio José Amalfitani; otro 30 %, optó por la zona de las Mil casitas; un 27 % se inclinó por el santuario de San Cayetano; otro 3 % lo hizo por la estación del ferrocarril; un 2 % cliqueó en la opción “Talleres ferroviarios”; mientras que apenas el 1 % restante le dio su voto al ex mercado de frutas y verduras, hoy shopping (ver gráfico).

En total, en esta nueva edición de la encuesta realizada vía Internet por este medio, participaron un total de 1.997 vecinos.

Sabido es que el estadio de Vélez Sarsfield, que lleva el nombre del dirigente deportivo más respetado de la Argentina, es un verdadero símbolo del barrio de Liniers. Por su fama de inexpugnable muchos lo rebautizaron como “el Fortín”, y por su excelente disposición para observar el espectáculo desde cualquier ubicación, hay quienes lo denominan “el teatro Colón de Liniers”. Como sea, y aunque se ubique en el extremo norte del barrio, hablar del estadio José Amalfitani es hablar de Liniers.

Inaugurado el 22 de abril de 1951, se convirtió en mundialista en 1978, cuando la máxima cita del fútbol planetario se realizó en nuestro país y el estadio de Vélez fue una de las dos sedes porteñas. Con casi 50 mil localidades, desde entonces se convirtió en el escenario de un sinfín de espectáculos deportivos, musicales, políticos y religiosos, como cuando en 1987 celebró una misa el Papa Juan Pablo II, en la que sería su última visita a la Argentina.

En segundo lugar, en la preferencia de los votantes -tres de cada diez le dieron su apoyo- se ubicó el sector del barrio comprendido por los pasajes, cuyas singulares viviendas de estilo holandés son popularmente conocidas como “Las mil casitas”. Las casitas, flanqueadas por los pintorescos pasajes, miden 8,66 de frente por 8.66 metros de largo. En sus orígenes estaban diseñadas con dos habitaciones y dos baños, en dos plantas, todas con el mismo croquis y de excelente calidad. Se caracterizaban por tener ventanas altas y alargadas, puertas finitas, y un entrepiso que servía como baulera. Hoy, un siglo después de promulgarse la ordenanza que habilitó su construcción, muchas han sido reformadas y lucen en todo su esplendor.

Apenas un escalón por debajo aparece el santuario de San Cayetano, el símbolo máximo de la religiosidad en la Ciudad de Buenos Aires, que cada 7 de agosto convoca en el templo de Cuzco y las vías del ferrocarril a casi un millón de fieles. Las filas de acceso al santuario se dibujan desde varios días antes por las cuadras linderas de Liniers Norte, donde los feligreses acampan en las veredas a la espera de llegar junto a la imagen del venerado santo del pan y del trabajo. Construido en el año 1900, San Cayetano se transformó en parroquia el 18 de enero de 1913. Sin embargo, la mítica imagen del santo arribó a Liniers en 1875, a través de la congregación Hijas del Divino Salvador, que fundaron una capilla y un colegio con el nombre del patrono de la providencia.

Recién después, y bastante más por debajo en la predilección de los votantes, aparece la Estación Liniers, sinónimo de la creación del barrio, ya que su inauguración como apeadero, el 18 de diciembre de 1872, marcó el inicio de la historia de esta pujante comunidad que, con los años, se transformó en la puerta de entrada desde el oeste a la Ciudad de Buenos Aires.

Le siguen los Talleres Ferroviarios -fundados en 1904 y cuyo destino es incierto- que los vecinos proyectan sin suerte desde hace años recuperar para el barrio, y el viejo mercado de frutas y verduras, de Ramón Falcón y Montiel, que desde la década del 90’ se convirtió en un shopping, respetando su fachada original.

Símbolos todos de un barrio pujante, que hoy está celebrando sus primeros 150 años de vida.

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