Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
May 1, 2024 7:00 pm
Cosas de Barrio

El logro de los vecinos en la experiencia del Parque Avellaneda y su conexión con la cuenca Cildáñez

Así lo refleja el libro “Participación social y recuperación del espacio público”, editado por el Centro de Estudios Territoriales

Por Leonardo Farías (*)

El Centro de Estudios Sociales para el Desarrollo Territorial (CESDT) que presido, editó el libro “Participación social y recuperación del espacio público”. Allí compilamos algunas iniciativas de los vecinos que lograron nuevos espacios verdes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Es un orgullo para mí poder evidenciar la esperanza que provoca que la militancia barrial, los vecinos de a pie, nos hayan dado una lección: pese a todos los pronósticos lograron vencer al poderoso boom inmobiliario y avanzar en una vida más sana para todas las personas que habitan y transitan, en este caso, el Parque Avellaneda.

Las experiencias en el libro por nuevos parques son: el parque de Flora Nativa en La Boca; el Corredor de integración barrial Comuna 15; el Parque de la Estación en Once; el Corralón de Floresta y la cuenca en red: recuperación del Parque Avellaneda y gestión integrada de la Cuenca Cildáñez. Sin embargo, a lo largo de los años existen más experiencias de activismo barrial triunfantes: Manzana 66 en Balvanera, Plaza Clemente en Colegiales, o Parque Tres de Febrero en Palermo, citados, pero no los desarrollamos en el libro.

Para Cosas de Barrio quiero resaltar especialmente el capítulo escrito por Fabio Oliva, titulado “Cuenca en Red, territorios transformados. De la recuperación del Parque Avellaneda a la gestión integrada de la Cuenca Cildánez”.

Oliva, autor del capítulo que interesa a los vecinos de las comunas 9 y 8, es un arquitecto recibido en la UBA, especializado en conflictos ambientales y planificación participativa, que a su vez es docente en FLASCO e integrante de la Cuenca en red, con tres décadas de trabajo en democracia participativa en la Ciudad de Buenos Aires, que va desde la recuperación del Parque Avellaneda, con la creación de la primera Mesa de Trabajo y Consenso, y su institucionalización en la Ley 1.153, pasando por la creación de la Red Intercomunal de la Cuenca Cildáñez, y la Mesa de Integración Socio-Urbana y de Salud de Cildáñez.

La dicha de haber contado con la escritura de Fabio Oliva nos demuestra que el tercer parque más grande de la ciudad tiene vecinos que lo disfrutan y además se comprometen con su cuidado. Por ello estos vecinos son pioneros en lograr un sistema de planificación participativo y gestión asociada, que lleva cuatro décadas y ha trascendido nuestras fronteras. El sudoeste porteño, el nuevo sur, une la Comuna 8 y 9, aparte de la cuenca de La Matanza y su subcuenca de la gran cuenca Matanza-Riachuelo. Que a su vez se conecta con la cuenca Maldonado. “Nuestro territorio estaba muy marcado por la autopista Perito Moreno y la destrucción del Parque Avellaneda”, expresa Fabio en el libro, que se puede solicitar en nuestro sitio: www.cedet.home.blog.

Los cambios en Parque Avellaneda fueron posibles por la participación popular en la planificación y gestión de las políticas públicas. Primero por la Ley de APH 3.042 Parque Avellaneda y entorno, donde se recupera su patrimonio edilicio que estaba al borde del colapso: La Casona de los Olivera como sede de la gestión asociada y Centro de Arte Contemporáneo. El Antiguo Tambo, como Centro de Artes Escénicas, y el antiguo Natatorio como Escuela Media y Centro de Producción Cultural. Además el parque es catalogado como lugar de encuentro de los pueblos originarios.

Fue tan vital el avance de la militancia barrial que se logró recuperar las canchas Peuser, que hasta entonces eran un basural de las demoliciones de la autopista. Se logró que se modificara el acceso de las oficinas de AUSA, la empresa de gestión estatal de la autopista, que salgan por el talud de la autopista y no por el medio del parque. Además, el grupo de Arbolado realiza plantaciones de barreras de árboles para que motiguen los efectos de la contaminación sonora. También se presentó un anteproyecto de ley para que AUSA financie un plan de recuperación de toda la deuda ambiental local.

El arquitecto y vecino comprometido con el buen vivir subraya por escrito que los espacios verdes públicos “deben ser reconocidos como espacios educativos, verdaderas aulas a cielo abierto que aportan aprendizajes significativos y transformadores. Por ello es necesario diseminar estas experiencias como embriones de transformación que se multipliquen, haciendo realidad otra Ciudad como nos marca la experiencia del Parque Avellaneda”.

(*) Farías es director del CESDT,  fue integrante de la Junta Comunal 10 del 2011 al 2019,  es asesor permanente de la Comisión de Descentralización y Participación Ciudadana de la Legislatura porteña y realiza informes para el Observatorio Internacional de la Democracia Participativa (OIDP).

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