Liniers: los ómnibus de larga distancia paran sobre la colectora de General Paz
No hay controles ni seguridad. La terminal está cerrada desde marzo
Desde el 20 de marzo del año pasado, cuando entró en vigor la cuarentena por la pandemia de coronavirus, la terminal de ómnibus de Liniers se convirtió en una postal de la desolación. El enorme predio de Ventura Bosch y General Paz, que desde 1995 concentra el flujo de micros de mediana y larga distancia en el sudoeste porteño uniendo el barrio de Liniers con 1.600 destinos nacionales y de países limítrofes, pasó a ser apenas el reducto ideal de gorriones y palomas. En consonancia con ese paisaje desierto y silencioso, el comercio circundante también sufrió los embates de la falta de gente: kioscos y remiserías fueron los principales rubros afectados y algunos locales, incluso, optaron por cerrar definitivamente sus puertas.
A mediados de noviembre pasado se habilitaron algunas ventanillas para la compra de pasajes –para unidades que parten desde la terminal Dellepiane, la única habilitada en la Ciudad- y desde entonces se sucedieron diversas versiones, algunas de las cuales indicaban una eventual reapertura de la terminal de cara a las fiestas de fin de año y otras aseguraban que sería para el mes de enero, con la puesta en marcha fuerte de la temporada estival. Pero nada de eso ocurrió y hoy, en pleno febrero, el predio de Liniers contrasta con aquel hormiguero humano que solía definirlo cada verano.
Desde la empresa Parada Liniers, que administra el predio, no son muy optimistas. “Estamos a la espera de poder lograr la reapertura en un tiempo, pero la realidad es que todavía no hay ninguna definición. Sí se comprometieron a reabrir algunos servicios, pero aún no tenemos siquiera una fecha cierta”, le confió recientemente a este medio Nahuel Castilla, director de la empresa que desde hace 25 años contribuye al ordenamiento vehicular de ese sector neurálgico de Liniers, en el que hasta entonces los ómnibus de larga distancia solían subir o bajar pasajeros sobre las veredas de la avenida General Paz.
Sin embargo, como en un revival impensado, aquel descontrol volvió a tomar cuerpo algunos días antes de las fiestas y actualmente la colectora de General Paz entre Ventura Bosch e Ibarrola (a las puertas de la empresa) se transformó una vez más en una terminal improvisada, sin ningún tipo de control y a merced de la inseguridad. Diariamente se detienen allí entre quince y veinte ómnibus, ya sea para levantar o dejar pasajeros, provenientes o con destino a las diversas localidades de la Costa Atlántica y a distintos puntos del país.
“Venimos de San Bernardo. Nos llevó mi suegro y volvimos en micro. El pasaje lo sacamos allá y nos dijeron que nos dejaba en la terminal Liniers. Como somos de Villa Luro, nos convenía más llegar acá y no a Dellepiane, pero pensamos que entraba a la terminal, no que nos dejaban acá en la vereda”, dice Alejandra López, que acaba de bajar de un ómnibus de dos pisos de la empresa Rutatlántica, junto a su marido y sus dos hijos de 7 y 9 años. “Por suerte llegamos de día, porque de noche es muy insegura esta zona, no hay un alma”, se consuela, mientras espera un taxi.
Lo cierto es que, en plena pandemia, la suciedad de las veredas es la superficie en la que se apoyan bolsos y valijas, y los pasajeros deben lidiar con los riesgos del tránsito, en una de las calles más transitadas y peligrosas de Liniers. Pero eso no es todo. Al aparcar de manera irregular sobre la colectora y con la terminal cerrada, los pasajeros que arriban a la Ciudad no pueden realizarse el testeo por hisopado correspondiente, tal como lo indica el Gobierno porteño.
Hasta el momento, ni las autoridades porteñas ni las de la Comuna 9 parecen mostrarse preocupadas al respecto. Consultado sobre el particular, el presidente de la Junta Comunal 9, Maximiliano Mosquera Fantoni, expresó que “desde la Comuna elevamos el reclamo a Tránsito y Transporte como para que monitoreen el tema”. Claro que, mientras tanto, todo puede suceder allí donde el caos y el descontrol son moneda corriente.
Ricardo Daniel Nicolini
Denuncian falta de testeos en la Terminal Dellepiane De acuerdo con el testimonio de diversos vacacionistas que en los últimos días retornaron en ómnibus a la Ciudad de Buenos Aires a través de la Terminal Dellepiane, parece ser que no estaría funcionando en una amplia franja del horario nocturno el control de hisopado exigido por el Gobierno porteño. El personal de seguridad que se desempeña en la Terminal (la única habilitada en época de pandemia en toda la Ciudad) avala estas versiones al asegurar que “a la noche los muchachos se van a dormir”. Sin embargo, la normativa estipula que las postas de control deben estar operativas y funcionando las 24 horas del día. Una denuncia que se repite de boca de varios vecinos que regresan a la Ciudad luego de sus vacaciones y, aunque quieren cumplimentar los requisitos sanitarios en vigencia, no lo están pudiendo hacer. |
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