Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
April 24, 2024 1:38 pm
Cosas de Barrio

A LA HORA SEÑALADA

Un repaso por las relojerías y joyerías más emblemáticas del barrio de Liniers

Por Daniel Aresse Tomadoni (*)

Realizando un recorrido mental por los rubros comerciales del Liniers de antaño, recordé uno que fue durante décadas, uno de los más concurridos y apreciados. Me refiero al de relojería y joyería.

Distintos locales se distribuyeron no sólo en el barrio, sino también en los alrededores, tal el caso de la joyería y relojería De La Mano Hnos., ubicada sobre la avenida General Paz –mano Provincia- vecina al mercado homónimo a la avenida. Era un local chico pero muy surtido en ambos rubros. En dirección a Rivadavia y siempre del lado de Ciudadela, sobre Ibarrola una tradicional relojería permaneció abierta al público durante muchos años: la Relojería Meotto. Y ya llegando a Rivadavia, la gran joyería y relojería Giolito, impactaba al caminante con sus enormes vidrieras. Actualmente, todos estos locales ya son parte del recuerdo, al igual que la Relojería González, que funcionaba en la segunda cuadra de Montiel, justo al lado del colegio República Francesa.

Claro que en esa misma cuadra, pero sobre la vereda de enfrente, se destacaba la más emblemática de todas: Valladares. Este fue, desde que abrió sus puertas en 1957 hasta su cierre definitivo hacia fines de 2011, un emprendimiento familiar, que siempre contó con un amplio surtido de las mejores marcas de relojes. Pero además, Valladares se destacaba por contar con un taller de reparaciones de avanzada, que cobró aún más trascendencia con la llegada de los relojes electrónicos. Recuerdo que mi primer reloj de la infancia/adolescencia, fue precisamente un Tressa sumergible que mis viejos compraron allí cuando finalicé el ciclo primario. Aquel reloj era la sensación de la época y yo lo lucía sumergiéndome hasta el fondo de la pileta del Club Liniers.

Pero no debemos olvidar otra de las relojerías y joyerías tradicionales -y hasta exquisita- de Liniers. Me refiero al local que Stramm poseía en la calle Carhué a pasos de Ramón Falcón. Fue, tal vez, una de las más antiguas y de mayor trayectoria comercial en el barrio. Recuerdo que permaneció un tiempo cerrada por un hecho delictivo.

Luego, con los años, muchos locales de joyas y relojes se concentraron en la Galería Liniers y permanecen hasta nuestros días. Claro que, si bien son épocas en las que, por moda y por seguridad, ya no se ostentan las buenas joyas y los elegantes relojes, Liniers aún sigue siendo un barrio referente en estos rubros, el más atractivo para perderse en sus relucientes vidrieras, a la hora de regalar o regalarse. Hasta la próxima entrega.

 (*) Aresse Tomadoni es director general de Multinet (Radnet/La Radio, El Viajero TV, Club de Vida TV)

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