Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
April 18, 2024 6:44 am
Cosas de Barrio

LA INFANCIA QUE DUELE Y LASTIMA

Mira un punto fijo. Está sentado sobre un colchón devorado por el tiempo y mira sin ver. Ni el ruido de los colectivos, ni las voces que rebotan en los celulares, ni el frío que cala los huesos, ni las incesantes pisadas que lo rodean pero no lo reconocen, son suficientes como para sacarlo de ese ensimismamiento. Si lo miraran, tal vez, nadie le daría más de 6 años. Pero tiene 9 y miles de sueños por cumplir. Casi no parpadea. Tiene los ojos clavados en el árbol que está justo enfrente, del otro lado de la avenida Rivadavia. Aquel tronco pasivo e inerte nada tiene de especial. Las pocas hojas que flamean en su copa raída podrían ser más atractivas, pero el chico no las mira. Es que la quietud anodina de aquella madera insulsa y gruesa, se transformó de pronto para él en la pantalla ideal para proyectar sus sueños.

Aunque para muchos de los que transitan aquella zona gris de Liniers, él sea apenas una parte más del paisaje urbano, están quienes se interesan por revertir su historia y para eso empiezan por reconocerlo. Así lo hacen las organizaciones sociales, políticas, culturales, estudiantiles y académicas, que junto a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires le dan forma cada dos años al “Censo Popular de Personas en Situación de Calle”.

Los resultados de ese relevamiento realizado en abril del año pasado son tan crudos como impactantes: en la Ciudad de Buenos Aires se registró por entonces un total de 7.251 personas viviendo en la calle, de las cuales 871 eran niños y adolescentes. Sin embargo, con la pandemia de coronavirus impregnándolo todo, esas cifras no parecen corresponderse con una realidad aún más amarga y alarmante. “Las personas sin hogar son un grupo especialmente vulnerable en el marco de la pandemia. Unas 5.400 no tienen accesos a los paradores del Gobierno porteño, duermen en la calle y muchas de ellas tienen afecciones respiratorias”, aseguró Rosario Fassina coordinadora de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ).

Y como para darle más carnadura a esa realidad que duele, a comienzos de agosto Unicef presentó un informe –elaborado sobre datos oficiales del Indec y los pronósticos de evolución del PBI realizados por el FMI- en el que señala que, al finalizar 2020, habrá 1,2 millones de pobres más entre los niños, niñas y adolescentes (NNyA) de Argentina en relación al año anterior, como consecuencia de la pandemia de coronavirus. Esas proyecciones alertan que, en comparación con diciembre del año pasado, la cantidad de chicas y chicos pobres pasará de 7 a 8,3 millones, lo que en términos porcentuales implica que casi el 63% de los NNyA estará en esa condición a fin de año. En tanto que la pobreza extrema pasaría de 1,8 a 2,4 millones, afectando al 18.7% de los NNYA para fin de año.

De los casi 900 chicos que habitan en las calles porteñas, el 45% son mujeres y el 55% varones. Pero del total, sólo un 40% recibe algún tipo de beca o ayuda escolar.

Pero además, también surge una señal de alerta al observar los jóvenes sin cuidados parentales, que se encuentran institucionalizados en hogares en el marco del Sistema de Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, quienes al cumplir 18 años deben egresar de esos institutos quedando en riesgo de calle. Actualmente hay cerca de 3.000 adolescentes de 18 años en esta condición en todo el país y mil están en suelo porteño.

“Una persona en situación de calle es un desaparecido social”, advierte Laura González Velazco, legisladora porteña y vecina de Liniers. Ella fue una de las encargadas de llevar adelante el censo, charlando y conociendo las historias de vida de aquellos que suelen ser atravesados por la indiferencia.

De pronto una persona se detiene junto al chico. Saca una medialuna de una bolsa de papel y se la entrega. El ensimismamiento con la pantalla del árbol se desvanece como un hechizo, mientras toma la medialuna y la retribuye con una sonrisa. Son casi las 10 de la mañana. Ya habrá tiempo para seguir soñando.

Lic. Ricardo Daniel Nicolini

cosasdebarrio@hotmail.com

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