Cada día cantan mejor
Desde este sábado 8 de noviembre, Los Amados vuelven al cine teatro El Plata con un singular espectáculo musical, basado en el repertorio tanguero de Gardel y Le Pera, pero sin desentenderse del ritmo tropical que los caracteriza. Los principales éxitos que hicieron del Morocho del Abasto una celebridad mundial, en una puesta imperdible que divierte y emociona.
Popularmente reconocidos por su histrionismo a la hora de versionar clásicos de la música latinoamericana, la compañía de estética kitsch-tropical Los Amados regresa al escenario mataderense con un espectáculo ligado al corazón de los porteños. El conjunto liderado por Alejandro Viola (foto), que fusiona teatro y sonidos del continente, presentará un concierto con repertorio íntegramente dedicado a uno de los máximos íconos del pueblo argentino: Carlos Gardel.
“Gardel y Le Pera a ritmo tropical” es el nombre de la puesta con la que Los Amados subirán este sábado 8 de noviembre al escenario del cine teatro El Plata, junto a otras tres funciones: el domingo 9, el sábado 15 y el domingo 16 de noviembre, siempre a las 19. Su habitual juego con los ritmos latinoamericanos de boleros, salsas y cha,cha,chá atravesará esta vez algunos temas legendarios compuestos en los años 30’ por la afamada dupla artística. Canciones que se incrustaron en la identidad de la música nacional, como “Cuesta abajo”, “Soledad”, “Por una cabeza”, “Melodía de arrabal”, “Rubias de New York”, “Volver”, “Lejana tierra mía” y “El día que me quieras”, entre otras, serán reinterpretadas en clave tropical en un homenaje que promete emoción y diversión en una sola dosis.
“Siempre me interesó el cancionero de Gardel y Le Pera, esa mezcla que ellos empezaron a hacer para las películas de la Paramount. Desafortunadamente duró solo tres años por el trágico accidente de avión, pero esas composiciones se acercaban a algo tropical, tenían por ejemplo influencias de la habanera cubana o de la rumba”, dice el “Chino” Amado, alias que utiliza en escena Alejandro Viola. “El día que me quieras se adapta perfectamente a ese ritmo sin que pierda la identidad ni lo profundo del tema”, explica.
La gigante productora estadounidense se había apoyado en el carisma del Zorzal como caballito de batalla para conquistar el mercado hispanoparlante en los inicios del cine sonoro. Gardel llegó a actuar en casi una docena de películas producidas por la Paramount, entre las que se destacan Melodía de arrabal, Cuesta abajo, El tango en Broadway, El día que me quieras y Tango bar, para las que compuso canciones junto a Le Pera, grabadas con la participación de distintos músicos latinoamericanos. “Uno asocia la figura de Gardel con el tango, pero en realidad tenía muchas aristas en ese momento”, señala Viola sobre la última etapa de su carrera.
Aquellas latitudes que marcaron el destino final del Morocho del Abasto son las que recorren Los Amados en su show. Los arreglos musicales son de Diego Vila, con quien ya habían trabajado en el espectáculo La cumbancha de Agustín Lara. “El público debe saber que no es tango lo que hacemos, pero fuimos muy respetuosos con los temas. ‘Volver’ está instrumentado como si fuese un bolero, sin embargo, lo van a poder cantar tal como lo recuerdan. ‘Lejana tierra mía’ está hecha como un son, pero es muy fácil de cantar. Y hacemos una versión divertida de ‘Por una cabeza’, pero es un tema que se ha tocado en el mundo entero en todos los ritmos”, ejemplifica el músico.
Las mismas licencias se advierten en la puesta en escena, un detalle que el grupo jamás descuida. Más allá de algunos guiños a las películas del Zorzal, la escenografía y el vestuario, a cargo de Diego Prenollio, tienen más que ver con la estética porteña del fileteado que con el universo de aquellos films. “Nosotros jugamos mucho con lo kitsch, lo sobredimensionado, y hace mucho que quería trabajar con la identidad argentina desde la mirada de Los Amados”, confiesa Viola. En la primera parte del show, aparecen con unos trajes de gaucho muy llamativos, inspirados en los que usaba Gardel en el comienzo de su carrera en Europa. Una estridente gama de colores patrios –celestes, blancos, dorados y rojos– captura la vista durante la segunda parte.
Este espectáculo comenzó a gestarse con la producción de Lino Patalano, pero la repentina muerte del productor cambió los planes y el proyecto finalmente quedó a cargo de Roberto Bisogno.
Las entradas a precios populares (platea 15 mil pesos, pullman 10 mil, jubilados y estudiantes 4 mil) pueden adquirirse en la boletería de la sala (Juan B. Alberdi 5765).
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