Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
November 19, 2025 9:47 pm
Cosas de Barrio

San Pantaleón: cuando la fe y la salud se convocan en Mataderos

Este domingo 27 de julio, el santuario de Los Perales volverá a colmarse de fieles provenientes de distintos puntos del país, para celebrar la festividad del patrono de los enfermos y de los profesionales de la salud. Habrá misas durante toda la jornada, la principal será a las 11:30 y estará presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Pedro Cannavó. Posteriormente tendrá lugar la tradicional procesión por las calles del barrio, portando la imagen de San Pantaleón.

Cuando en 1964 el Padre Luis Cimino terminó de darle forma a la humilde capilla que lucía reluciente sobre el piso de tierra, nadie podía creer que aquel descampado de selva virgen lindero al barrio Los Perales se convertiría en un espacio de fe y recogimiento. Detrás del altar, las dos lámparas y los seis bancos de madera -único mobiliario de la capilla prefabricada- se ubicaban dos vagones de tranvía que poco después se transformarían en la vivienda del sacerdote y la secretaría parroquial.

Pero la sorpresa del vecindario sería aún mayor cuando unos días más tarde -el 26 de abril de aquel año- llegó en procesión al templo la imagen de San Pantaleón, una réplica exacta de la que se luce en el santuario italiano de Borgo Montoro (Avellino). Entonces, la repisa que el Padre Cimino había dejado vacante en lo alto de la pared central del templo, pasó a albergar al santo que le daría vida al primer santuario de América Latina dedicado a custodiar y promover la devoción del milagroso médico San Pantaleón.

La noticia de la llegada de San Pantaleón a Mataderos corrió rápidamente de boca en boca y al poco tiempo comenzaron a peregrinar enfermos desde diferentes lugares de la Ciudad y alrededores. Incluso del interior del país. Tal fue la repercusión que debió comenzarse la construcción de una nueva capilla, pero esta vez, de material, que se inauguró oficialmente el 28 de marzo de 1965. Posteriormente, en 1978 comenzó a funcionar el “Descanso del Peregrino”, un sector de galerías, parrillas, mesas, baños y salas de reuniones, pensado para quienes llegaban desde lejos, y el 27 de julio de 1980 se bendijo la piedra fundamental del actual templo.

Hoy son cientos de miles los fieles que se acercan al santuario de Monte 6865, a metros del estadio de Nueva Chicago, para pedir, agradecer y celebrar junto al patrono de los enfermos, los médicos y los agentes sanitarios. “Viene mucha gente del interior, del litoral y hasta de países limítrofes”, contó el párroco Adrián Viola, que está a cargo del santuario de Mataderos desde marzo de 2015. “San Pantaleón es el lugar de la pausa reparadora”, aseguró, y luego recordó la frase que el entonces arzobispo Jorge Bergoglio -luego Papa Francisco- solía repetir en sus habituales visitas al templo: “aunque el santuario está quieto, la fe de la gente lo hace caminar”.

Aunque la conmemoración de San Pantaleón se celebra cada 27 de julio, el inicio de los festejos arranca en la noche del sábado 26. “A las 22 comenzamos la celebración con una serenata -contó el párroco- a la que además se sumará una murga del barrio y una lluvia de fuegos artificiales”.

Ya el domingo 27 de julio el santuario abrirá sus puertas a las 6 y habrá secuencia de misas y bendiciones hasta las 23. A las 11:30 tuvo lugar la misa principal, que será presidida por el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Pedro Cannavó, y posteriormente se llevará a cabo la tradicional procesión por las calles del barrio, liderada por la imagen del santo. La primera de las ceremonias tuvo lugar a las 7. “Tendremos misas cada hora y media y bendiciones en forma permanente”, agregó el Padre Adrián.

Médico, mártir y milagroso

San Pantaleón fue un mártir cristiano, nacido en Nicomedia, actual Turquía, a finales del siglo III. Era hijo de Eustorgio y Eucuba y fue médico como su padre. Se lo considera uno de los catorce santos auxiliadores de la Iglesia católica.

El joven Pantaleón estudió filosofía y retórica y después se dedicó a la medicina. Fue médico del emperador Galerio Maximiano y por esos años abandonó la fe cristiana, que recuperó poco después gracias a su amigo, el sacerdote Hermolao, lo que lo llevó a ser perseguido por el emperador Diocleciano. Tras ser detenido y torturado de diversas formas, murió decapitado un 27 de julio. Según narra la tradición cristiana, el fallecimiento tuvo lugar bajo una higuera seca, que floreció al recibir la sangre del mártir. ​De allí que en la imagen que se observa en el templo de Mataderos, el santo aparece con una pequeña cruz y un escalpelo, atado a un tronco de olivo seco, cuyas ramas reverdecen mientras son regadas por la sangre de Pantaleón.

Aún hoy, en Ravello (Italia) y en el Real Monasterio de la Encarnación de Madrid, se conservan ampollas con una porción de la sangre del mártir. En ambos reductos religiosos, cada año, en la víspera de su santo (27 de julio), su sangre, conservada en estado sólido, se licúa. Pero eso no es todo. En el santuario de Mataderos se atesora un trozo de hueso del mártir, que arribara a la Argentina como obsequio del cardenal de Venecia, Albino Luciani, quien más tarde se convertiría en el Papa Juan Pablo I.

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