Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
September 29, 2025 7:20 am
Cosas de Barrio

Los vecinos de Liniers Norte continúan con el agua -y la paciencia- al cuello

Autoridades de la Defensoría del Pueblo porteña y juntistas locales recorrieron la zona afectada por el ascenso de las napas y se comprometieron a colaborar en la urgente solución del problema.

El jueves pasado -tras el reclamo presentado por los vecinos en este medio- autoridades de la Defensoría del Pueblo porteña se hicieron presentes en Liniers Norte para recorrer la zona e interiorizarse de la problemática que padece por el constante aumento de las napas freáticas y la falta de obras para mitigarlo. Son casi medio centenar los vecinos de ese sector del barrio que, a diario, libran una lucha sin cuartel contra el agua de las napas que brota por debajo de sus viviendas y comercios e inunda sótanos, garajes y subsuelos.

El encuentro entre los vecinos y la directora general de Derechos de Acceso a la Ciudad de la Defensoría del Pueblo -y legisladora porteña electa- Bárbara Rossen, fue organizado por el juntista local Alberto Espiño, quien también fue parte de la recorrida en compañía de su colega Lorena Crespo. Junto a ellos estaban Ezequiel Ríos, titular de la funeraria Carbone, de Bynnon y el pasaje Bueras; Juan, el dueño del Hotel Bynnon, ubicado enfrente; Raúl Muro, responsable de la farmacia de Cuzco al 100, frente al santuario de San Cayetano; y el arq. Alejandro Ruggiero, histórico referente de los vecinos de Liniers Norte.

En su visita, la funcionaria y sus colaboradores no sólo escucharon a los vecinos, sino que pudieron observar en detalle los distintos daños causados en la zona, como consecuencia del ascenso de las napas. “Hace muchos años las napas subían de manera natural y Obras Sanitarias las bajaba sacando el agua para consumo hogareño, pero en un momento, cerca del año 2000, cuando la extracción del agua empezó a hacerse desde el Rio de la Plata, arrancaron los problemas”, comenzó explicando Ezequiel Ríos. “Al subir las napas sin que nadie las detenga -agregó- los sótanos de la zona se empezaron a inundar, y somos varios los que tenemos que luchar contra el agua, sin que nadie se haga cargo”.

Desde entonces, vecinos y comerciantes de la zona vienen realizando diversos reclamos en Aguas Argentinas y en el Gobierno de la Ciudad, pero sin obtener una respuesta seria y, mucho menos, una solución. “En Aguas Argentinas (ex Obras Sanitarias) nos dicen que es la Ciudad la que tiene que solucionar el problema, pero en el Gobierno de la Ciudad nos dicen que es un tema de Aguas Argentinas. Y finalmente, al confrontar a los dos, nos dicen que la culpa es nuestra, cuando los sótanos están aprobados y con planos, como corresponde”, subrayó Ezequiel.

Como consecuencia, muchos vecinos y comerciantes optaron por instalar bombas para prevenir la inundación de los sótanos. Años más tarde, con el inicio de las obras del cancelado soterramiento del ferrocarril Sarmiento, la empresa concesionaria instaló otras bombas más potentes en distintos sectores para evitar el ascenso de las napas. Ese paliativo resultó ser la solución para el problema de los vecinos, ya que sus sótanos dejaron de inundarse. Pero en marzo pasado las bombas dejaron de funcionar y los problemas retornaron aún con mayor intensidad, hasta llegar a la desastrosa situación actual. “Como la obra del soterramiento está parada, las bombas subterráneas ya no funcionan y las napas volvieron a subir”, subrayó Raúl y, a modo de súplica, agregó “si la obra ya no va a continuar, queremos que no nos dejen desamparados y que se sigan usando esas bombas para evitar que crezcan las napas y nos sigamos inundando”.

Tras escuchar con atención a los vecinos, y verificar el lamentable estado de sótanos y garajes, Rossen expresó “queda claro que no se trata de una sumatoria de problemas individuales sino de un problema conjunto que afecta la calidad de vida de los vecinos y merece una solución colectiva del sector”. En ese sentido, la directora de la Defensoría se comprometió a ocuparse del tema y solicitar informes al Gobierno porteño. Además, les sugirió a los vecinos elevar un petitorio solicitando que las bombas del soterramiento vuelvan a funcionar o, en su defecto, que el Gobierno porteño instale otras para deprimir el ascenso de las napas.

Siguiendo esos lineamientos, los vecinos de Liniers Norte elaboraron una nota dirigida a la Junta Comunal 9 y a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, en la que solicitan una “solución urgente al problema de las inundaciones en los sótanos de viviendas y comercios”. Y tras mencionar en detalle el surgimiento y posterior incremento del problema, le exigen al Gobierno de la Ciudad “a través del área que corresponda, la instalación urgente de un sistema de bombeo permanente o la reactivación del sistema previamente instalado, como única solución efectiva y definitiva”.

En la nota -firmada por medio centenar de vecinos y comerciantes- expresan también que “este problema no sólo ocasiona pérdidas materiales, movimientos en los cimientos y deterioro de las construcciones, sino que representa un potencial foco de infecciones que afecta directamente la salud de quienes habitamos y trabajamos en la zona”. Y concluye diciendo “esperamos que esta solicitud sea tenida en cuenta con la seriedad y urgencia que el tema requiere, y quedamos a disposición para avanzar conjuntamente hacia una solución concreta y duradera”.

La zona afectada por el ascenso de las napas no sólo involucra el sector lindero al santuario de San Cayetano, sino que, además, incluye la populosa manzana donde funcionan las históricas galerías Crédito Liniers y Liniers. “El polígono que padece el permanente crecimiento de las napas está delimitado por la avenida Juan B Justo, la colectora de General Paz, la avenida Rivadavia, Barragán y Álvarez Jonte; pero a ese sector se le sumó un apéndice sobre la avenida Rivadavia en la manzana de Carhué, Ramón Falcón y Montiel, donde es común observar el desagote de sótanos con gruesas mangueras que obstruyen las veredas de Ramón Falcón, fundamentalmente en la Galería Crédito Liniers”, puntualizó el arq. Ruggiero.

En ese sentido, advirtió que “una crecida de las napas de agua subterráneas puede generar una serie de problemas que afectan a los vecinos y la infraestructura del barrio. Problemas que incluyen inundaciones en sótanos, subsuelos y garajes, y la presencia de agua en pisos de habitaciones y jardines”. Pero, además del anegamiento de sótanos y terrenos en desnivel -con el consecuente daño de muebles, electrodomésticos y mercadería- la crecida de las napas “puede afectar la estabilidad de las construcciones, especialmente en áreas donde el suelo es más susceptible a la humedad”, especificó Ruggiero, y luego recordó que “el agua estancada puede ser un caldo de cultivo para bacterias y hongos, lo que puede generar enfermedades en las personas”. No es casual que, como si se tratara del cuidado de una pileta de natación, algunos vecinos opten por echarle cloro al agua estancada en sus sótanos para que no se convierta en un foco infeccioso.

Vale recordar que, debajo de ese sector de Liniers Norte corre un canal aliviador del arroyo Maldonado, y cuando se producen lluvias intensas la cuenca sube y el nivel de las napas no tarda en alcanzar la superficie. Allí es entonces cuando deben comenzar a trabajar las bombas que instalaron los vecinos y comerciantes, pero si de pronto se produce un corte de luz -como ocurre a menudo en la zona- las soluciones se agotan.

Durante la recorrida, los funcionarios visitaron también el Servicio Social del santuario de San Cayetano, que también es víctima de las inundaciones que se registran en la zona. “La organización y el trabajo conjunto con los vecinos es el camino para lograr respuestas concretas”, expresó el juntista Alberto Espiño. Ezequiel, al igual que el resto de los vecinos y comerciantes presentes, se mostró conforme con la visita de los funcionarios. “Vieron los sótanos afectados y el lugar donde desagotaba la bomba que ya no funciona y hablamos sobre las posibles soluciones al problema. Cuando un funcionario te escucha las sensaciones son buenas. Ahora falta que el Gobierno de la Ciudad tome cartas en el asunto y nos brinde una solución definitiva a este problema”, sostuvo.

Esa solución debería ser inmediata, ya que los especialistas auguran un pronóstico poco alentador, basado en tres factores clave: la “tropicalización” del clima, que provoca un aumento de la cantidad de lluvias en la región; la impermeabilización del suelo de la ciudad, por exceso de pavimento y falta de espacios verdes; y la falta de extensión de redes cloacales que terminan infiltrando las napas subterráneas. En cualquier caso, queda claro que faltan obras de infraestructura, y mientras no se quite agua para deprimir la napa, los vecinos seguirán padeciendo este problema.

Ricardo Daniel Nicolini

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