Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
September 27, 2025 9:31 pm
Cosas de Barrio

“Pena”, la sensación que genera en la gente ver a alguien en situación de calle

Así lo expresan los resultados de la última encuesta digital de Cosas de Barrio

De acuerdo con la opinión de la gente que durante el último mes participó de la encuesta digital que Cosas de Barrio realizó en su sitio de Internet (www.cosasdebarrioweb.com.ar), el 28 por ciento de los votantes aseguró que ver a una persona en situación de calle le produce pena; otro 25% expresó que le genera un poco de todas opciones planteadas en la encuesta; un 18% señaló que lo mueve a tenderle una mano solidaria; el 11% dijo sentir bronca; un 10% señaló sentirse atemorizado; mientras que el 8% sostuvo que sólo le produce indiferencia (ver gráfico).

En esta nueva edición de la encuesta digital realizada vía Internet por este medio, participaron un total de 1.912 vecinos.

El último relevamiento realizado por el Instituto de Estadísticas y Censos de la Ciudad data de noviembre del año pasado. Entonces se contabilizaron 4.049 personas en situación de calle en CABA. De ellas, el 69,5% (2.813) se encontraba en un Centro de Inclusión Social (CIS) y el 30,5% (1.236) en la vía pública. Pero lo más alarmante es que el número de personas en esa condición creció 55% en relación a 2022, año en el que se realizó el censo anterior.

De acuerdo con las cifras publicadas por el organismo, dentro de la población relevada en situación de calle hay tanto niños como ancianos. En concreto, de las 4.049 personas que viven en esa situación, el 76,1% tiene entre 19 y 59 años, 6,6% tiene 60 o más años, el 1,7% tiene de 0 a 14 años y el 1,5% tiene entre 15 y 18 años. El 14,2% no tiene datos.

Otro punto interesante es que el 74,8% de las personas que no tienen hogar son hombres y el 16,3% restante son mujeres.

Por otra parte, el Instituto relevó cuáles son los lugares de asentamiento de las personas afectadas. La gran mayoría (71,4%) duerme en las veredas, un 12,4% en una plaza o parque y el 5% en un cajero automático o la entrada de un banco. También hay personas debajo de las autopistas (3,2%), en terminales de micros, estaciones de trenes o subterráneo (2,3%), en un boulevard (2,2%), en la entrada de un hospital público (1,5%), en la guardia de un hospital (1,1%) y en la entrada de un lugar de culto (0,9%).

Si se analiza a la población en situación de calle por su nivel educativo, se encuentra una tendencia clara: la mayoría no recibió sólo educación primaria. En detalle, de las 4.049 personas que viven en la calle en CABA, el 21,3% tiene hasta primario incompleto y el 20,9% tiene primario completo. En el segundo eslabón se encuentra un 25,9% con secundario completo y un 17,7% con secundario sin terminar. Además, el 1,4% de las personas afectadas llegó a estudiar en un terciario, aunque no lo completó. Otro 1,2% terminó el terciario y también hay un 1,7% con universitario incompleto y un 1% con educación universitaria completa.

Esas más de cuatro mil personas que afrontan la indigencia extrema, podrían ser más aún, ya que pasaron seis meses del último relevamiento y la tendencia iba notoriamente en aumento. Como sea, basta con recorrer las calles porteñas y los sectores más populosos de los barrios para que esta cifra se haga carne.

En ese marco, el objetivo de esta encuesta fue la de intentar determinar de qué manera esa realidad impacta en el vecino. Para saber si la presencia de personas durmiendo en la calle refuerza los lazos solidarios o si, por el contrario, los anestesia. Así, menos de uno de cada diez encuestados dijo sentir indiferencia y otro 10% dijo causarle temor. El resto se mostró compasivo, conmovido y/o dispuesto a colaborar. “Pena”, fue la opción más votada, y “solidaridad”, la tercera.

En cualquier caso, queda claro que la calle no es un lugar para vivir. No obstante, no se observan políticas públicas de inclusión y acceso a la vivienda, que apunten a revertir una tendencia que amenaza con incrementarse. Tal vez, lo que para muchos significa una profunda preocupación, para nuestros gobernantes no es más que una cifra fría que demuestra el descarte lógico del sistema capitalista.

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