Calles, veredas, poda y luminarias, las áreas donde más debe reforzarse la obra pública

Así lo expresan los resultados de la última encuesta digital de Cosas de Barrio

De acuerdo con la opinión de la gente que durante el último mes participó de la encuesta digital que Cosas de Barrio realizó en su sitio de Internet (www.cosasdebarrioweb.com.ar), el 31 por ciento de los votantes señaló que el área en la que más debe reforzarse la obra pública en el barrio es la de calles, veredas, poda y luminarias; otro 25 %, optó por la opción “mejoras en centros de salud”; un 22 % se inclinó por la infraestructura escolar; otro 11 % lo hizo por la colocación de semáforos y lomos de burro; un 8 % cliqueó en la opción “recuperación de espacios verdes”; mientras que apenas el 3% restante le dio su voto a la puesta en valor de bibliotecas y sedes comunales (ver gráfico).

En total, en esta nueva edición de la encuesta realizada vía Internet por este medio, participaron un total de 1.927 vecinos.

Con el voto de casi tres de cada diez de los participantes de esta encuesta, las tareas de bacheo, reparación de veredas, corte de raíces, poda de árboles y ampliación de luminarias en la vía pública, son aquellas donde más debería enfatizarse la obra pública en el distrito local. Ocurre que, con la llegada de la pandemia, se demoró aún más la espera de varios contribuyentes que vienen reclamando formalmente por esas tareas desde hace décadas. Entre ellas, las de corte de raíces, reparación de veredas y poda son las que mayor atraso presentan.

En un segundo escalón, con el apoyo de uno de cada cuatro vecinos, aparecen las mejoras edilicias en centros de salud. Y aquí se incluyen la puesta en valor del hospital Santojanni y de los Cesac periféricos. Pero, además, en esta área existe un añejo reclamo vecinal que propone la creación de un centro de salud en el barrio de Liniers -del que extrañamente carece- con la intención de descomprimir la atención en el Santojanni, que habitualmente suele rebasar de pacientes.

Siguiendo con la mirada de los vecinos, en tercer lugar, se ubican las mejoras en materia de infraestructura escolar; tal vez el rubro más visiblemente deficitario, y que habitualmente padecen miles de alumnos que asisten a los establecimientos escolares públicos de la zona. Son varios los edificios escolares históricos de los distritos 20 y 18 que precisan en forma urgente tareas de mantenimiento, esencialmente en materia de filtraciones, humedad y pintura. Algunos, además, conviven con falencias en las instalaciones sanitarias, eléctricas y de gas.

Bastante más abajo en la elección de los vecinos -tal vez conscientes de la falta de respuesta a su reclamo- aparece la colocación de semáforos y la instalación de lomos de burro. En el caso de los semáforos, se trata de un ítem cuya tramitación y posterior concreción requiere atravesar un complejo circuito administrativo. Un caso ilustrativo es del barrio de Liniers, donde el año pasado se instaló un semáforo (el de Lisandro de la Torre e Ibarrola) luego de casi veinte años. Para ello, los vecinos debieron demostrar -con permanentes denuncias fotográficas- que la esquina en cuestión era lo suficientemente peligrosa como para justificar la erogación que implica la instalación y posterior puesta en marcha de la tradicional señal lumínica.

Posteriormente se ubica la recuperación de espacios verdes, un ítem que, al menos en el ámbito de la Comuna 9, parece funcionar en forma aceitada. Al margen de alguna excepción puntual, las plazas y parques del distrito local presentan en el último tiempo una atención adecuada, ya sea en materia de mantenimiento de la flora como en mobiliario urbano.

Por último, la puesta en valor de bibliotecas y sedes comunales, es un déficit visible de la actual gestión. Los casos de la subsede de Parque Avellaneda y de la biblioteca José Hernández, de Liniers, donde el abandono municipal resultó letal, hablan por sí solos.