Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
December 3, 2024 11:02 pm
Cosas de Barrio

Los centros culturales barriales, otra variable del ajuste

El Gobierno de la Ciudad decidió quitarles horas a los docentes y renovarles los contratos sólo por tres meses. A cuarenta años de la creación del Programa Cultural en Barrios, que ofrece cientos de propuestas artísticas gratuitas en los centros culturales barriales y cuenta con la participación de miles de vecinos, peligra la continuidad de varios talleres y aún no fue oficializado el inicio del ciclo lectivo.

A mediados de febrero comenzó a circular una versión que con el correr de los días se terminó confirmando: el ajuste del Gobierno de la Ciudad -que poco antes había recaído en el carnaval porteño- ahora recorta los talleres de los centros culturales que conforman el emblemático Programa Cultural en Barrios.

Desde entonces, el plantel docente se encuentra en estado de alerta y movilización, a la espera de que se confirme su continuidad laboral y la oferta de talleres culturales. El cuadro de situación es complejo, como consecuencia de una serie de medidas arbitrarias tomadas de manera repentina e inconsulta desde el Ministerio de Cultura porteño, que ponen en riesgo la continuidad del Programa Cultural en Barrios, justo en el año en el que celebra su 40° aniversario.

Por un lado, el Ejecutivo porteño renovó la planta docente sólo por tres meses (hasta fines de marzo). Posteriormente volverían a firmarla por otros tres meses, lo que no hace más que generar incertidumbre sobre la continuidad o no de los talleres -cuya cursada es anual- a lo largo del presente ciclo lectivo. Además, el plantel docente se encuentra sin cobrar desde diciembre, con la promesa de que en marzo se les abonará lo adeudado. “El Gobierno porteño especula financieramente con nuestros magros ingresos, licuando nuestros haberes en el marco de una inflación galopante”, destacan los profesores en un comunicado que hicieron circular entre los alumnos de los centros culturales.

Por otra parte, desde el Ministerio de Cultura oficializaron el recorte de entre un 16 y un 25% de las horas cátedra, lo que impactará de manera directa en los haberes de los docentes y en la oferta de talleres. “Eventualmente hasta podrían dejarnos sin trabajo debido a nuestra precariedad contractual, que nos engloba como planta transitoria, sin reconocer antigüedad ni derechos laborales”, señalan en el informe.

En relación a la oferta de talleres para el presente año, ya se adelantó que se quitarán de la grilla los talleres virtuales, que hasta el año pasado se dictaban por plataformas digitales y contaban con una gran convocatoria de vecinos, fundamentalmente de aquellos con problemas para desplazarse o que vivían a una distancia importante del centro cultural que oficiaba como sede. Además, desde la Dirección del Programa remarcaron la intención de anular los niveles de cursada, que solían diferenciar los talleres por edad o experiencia, para que cada centro cultural posea un sólo taller por disciplina artística.

En ese marco, aún no existe una fecha confirmada para la inscripción -que sería virtual o presencial y podría concretarse hacia finales de marzo- ni para el inicio de la cursada, claro que para entonces debería definirse la oferta de talleres.

A lo largo de esta última semana, todos estos puntos les fueron oficializados a los coordinadores de los 36 centros culturales que posee el Programa en los diversos barrios porteños, quienes a su vez notificaron al plantel docente. Desde entonces, los casi 50 mil vecinos que asisten a los talleres se sumaron al reclamo y le exigen al Gobierno porteño que revea estas medidas para poder seguir desarrollando sus vocaciones y haciendo de los centros culturales un ámbito de intercambio y pertenencia. “Necesitamos este tipo de talleres, son espacios de encuentro para la comunidad en los que hacemos lo que nos gusta hacer. Por eso apoyamos a los docentes que son excelentes. No pueden derribar esta puerta abierta a la cultura, no deben hacerlo”, sintetizó María Sol, alumna de Literatura y de Cine, en la asamblea realizada en la tarde de ayer, sobre la vereda del Ministerio de Cultura porteño.

Los detalles de la asamblea

Más de quinientas personas se congregaron en horas de la tarde del viernes 23 de febrero al pie del emblemático edificio del Diario La Prensa, hoy sede del Ministerio de Cultura porteño, en avenida de Mayo 575, para reclamar por el recorte presupuestario del Programa y participar de la asamblea organizada por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

“Nos recibieron autoridades del Ministerio y se comprometieron a dar respuesta concreta a los reclamos que llevamos adelante. Seguimos en estado de alerta y movilización hasta tanto no se hagan efectivos los compromisos”, comenzó sintetizando Sol Copley, delegada general de ATE Capital y docente del Programa Cultural en Barrios.

Vale destacar que el Programa, a cargo de la Dirección del libro, las bibliotecas y la cultura, ya tenía a sus trabajadores soportando altos niveles de precarización: no cobran antigüedad, todos los años la planta docente se da de baja a pesar de ser una “planta transitoria” que ya lleva casi veinte años, y cobran la mitad que un docente que trabaja en otros sectores del Ministerio de Cultura. “Ahora el Gobierno quiere imponer mayor flexibilidad, con contratos por tres meses que hasta el momento se renovaban por un año, y un recorte de las horas cátedras, lo que implica no solo un recorte salarial para la planta docente sino una reducción de la oferta de talleres en los barrios de la ciudad”, enfatizó Copley.

Además, señaló que “hay docentes que se quedan con sólo dos horas cátedras por mes y si tienen que tomar dos colectivos gastarían más de lo que ganan yendo a trabajar”. Con respecto a la reducción de los contratos a tres meses, señaló que “es una locura”, no sólo por el aumento de la flexibilidad para un sector ya muy precarizado, sino porque “la gente se inscribe en un taller anual, o sea que el docente tiene que llegar a la clase y decir ‘miren capaz que en tres meses no estoy más’, es un desquicio total. Se supone que vienen a hacer más eficiente el gobierno y en realidad ocurre todo lo contrario. Vienen a hacer sus negocios”.

Los centros culturales, una usina de creatividad vecinal

El Programa Cultural en Barrios desarrolla cursos y talleres de manera descentralizada en 36 centros culturales distribuidos en los distintos barrios porteños. Los talleres son gratuitos para los alumnos, y los casi mil docentes seleccionados para brindarlos -en todos casos, profesionales con amplia trayectoria en las disciplinas que dictan- forman parte de una planta transitoria. Los talleres se proponen como espacios de difusión y promoción de actividades artísticas para todo tipo de público.

Dos de esos centros culturales funcionan en la Comuna 9: el Elías Castelnuovo (Montiel 1041, Liniers) y el Macedonio Fernández (Martiniano Leguizamón 1470, Mataderos). Allí cientos de vecinos asisten año tras año para hacer de esas sedes un ámbito de pertenencia capaz de potenciar el tejido social y hacer del arte y la cultura, una forma de vida. Ellos son, en definitiva, el alma y el motor de esos centros culturales que hoy luchan por su permanencia.

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