Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
May 6, 2024 11:09 pm
Cosas de Barrio

El patrón de la vereda

Lo despiertan los golpes que vienen de la calle. Son mazazos pesados y rítmicos que lo sacuden en el cochón y lo obligan a volver a replantearse aquella decisión testaruda. “Tendría que haberle hecho caso a Marta y mudar la habitación a la piecita del fondo…”, se dice.

Afuera, la vereda está vallada y tres operarios golpean y destrozan las baldosas sin piedad. Todavía faltan unos minutos para las 8, y aunque pretenda hacer valer su condición de jubilado y remolonear unos minutos más, sabe que no tiene más remedio que levantarse de la cama. Sube la persiana y su rostro pesado por el sueño se dibuja del otro lado del vidrio. Los obreros continúan como si nada. Los golpes se hacen sentir con más fuerza. El parqué del dormitorio retumba a la par.

Roberto abre la ventana y ensaya una pregunta que suena a catarsis “¿Otra vez están rompiendo? Pero si esta vereda la hicieron nueva la semana pasada…”. Uno de los tres operarios aprovecha para apoyar la maza y descansar un poco, antes de responder con escasez de argumentos. “Somos de Aguas don, nos dijeron que hay que romper”.

La escena se vive en Basualdo al 600, pero es casi un calco de lo que se repite a diario en tantas otras veredas de la Ciudad. Y en épocas preelectorales, como la actual, resulta aún más recurrente. La ecuación es simple: no hay mejor campaña que mostrar obras -muchas- y exhibirlas a la vista de todos. Es barata, porque se paga con las arcas públicas municipales -el dinero de todos los porteños- y efectiva.

El sentido común (el más común de los sentidos, pero el menos utilizado) diría que primero hay que realizar la obra de Aguas y recién entonces después hacer la vereda nueva. También subrayaría que no es necesario hacer una y mil veces la misma vereda, malgastando el dinero público, sino utilizarlo para realizar obras necesarias y demoradas en hospitales y escuelas. Pero, se sabe, el sentido común no talla en época de campaña.

Sin embargo, cuando pareciera que ya nada podría superar la desaprensiva creatividad de algunos funcionarios porteños, un nuevo capítulo de la saga “El patrón de la vereda” levanta la vara un poco más como para demostrar que la campaña no sabe de límites.

Ahora la escena se ubica en la particular geografía de los pasajes de Liniers, más precisamente en El Trébol casi esquina Cosquín. En este caso la vereda impar estaba destrozada, una secuencia de baldosas desparejas se alternaba con otras inexistentes, donde el pasto ganaba terreno. Allí sí eran necesario hacer la vereda. Entonces los operarios desembarcaron con sus vallas, sus mazas y sus baldosas para echar manos a la obra.

Un par de días más tarde la vereda luce renovada. Una hilera de baldosas parejas y relucientes invitan a transitar ese tramo sin temor a golpes ni torceduras. Pero hay un detalle. Allí donde estaba el cuadrado para ubicar el árbol capaz de cubrir con su sombra ese sector de los pasajes, ahora hay cemento y baldosas. Más baldosas. El pequeño árbol que intentaba crecer a metros de la esquina había sido removido y ya ni siquiera quedaba al descubierto la tierra que lo cobijaba. Lo mismo ocurre diez metros hacia Rivadavia, en el pasaje El Cardenal a metros de Cosquín. Allí tampoco hay árboles, ni siquiera cubículos para contenerlos. Pero sí hay baldosas, muchas baldosas. Y vallas, muchas vallas.

En épocas donde el cambio climático es una realidad insoslayable, donde la presencia de verde se torna como el único antídoto capaz de mitigar la bronca justificada de la naturaleza, la desaprensiva creatividad de los funcionarios va exactamente en la dirección opuesta. “Esto no fue hecho desde la Comuna, vamos a elevar un pedido de informes”, intentó justificarse el presidente de la Junta Comunal 9, que al igual que tantos otros funcionarios, también está en campaña.

Mientras tanto, Roberto se pone un buzo y va a calentar agua para el mate. Eso sí, sube el volumen de la radio. Tal vez así se escuchen menos los mazazos que todavía retumban impiadosos sobre la vereda.

Lic. Ricardo Daniel Nicolini

(cosasdebarrio@hotmail.com)

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