Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
May 5, 2024 3:01 am
Cosas de Barrio

Teatro como en el teatro

El bachillerato en Teatro de la Escuela “Niní Marshall” –única en la Ciudad- celebró sus primeros diez años de labor educativa

La Escuela de Teatro “Niní Marshall”, que desde 2017 funciona en Oliden 1245, Mataderos, celebró en septiembre pasado sus primeros diez años de labor educativa. “Es la fecha en la que nuestro establecimiento se independizó de la Escuela de Danzas 1 Nelly Ramicone, que algún tiempo antes se estableció en el edificio de Fonrouge y Ulrico Schmidl”, explicó el director, Adrián Griggio, quien desde febrero último está al frente de la Escuela de Teatro, única de sus características en toda la Ciudad de Buenos Aires. Griggio conoce en detalle todo ese proceso, porque lo vivió desde adentro como docente del establecimiento. “Fue una decisión difícil pero acertada –recordó-. Porque una opción era mudarnos con la Escuela de Danzas a un edificio nuevo con grandes comodidades, o comenzar a tejer nuestra propia historia en forma independiente, con el desafío de conseguir un nuevo edificio capaz de albergar las necesidades concretas de los alumnos. Elegimos esta última opción y hoy estamos muy felices de haber tomado este camino”.

Claro que no fue fácil. Primero por el hecho de tener que lidiar con las limitaciones de una sede precaria y obsoleta, como la que los cobijó durante un largo tiempo, al fondo de la iglesia metodista de Pieres 258, a metros de Tonelero. Y más tarde con la adecuación de un edificio viejo, al que hubo que reacondicionar, pero que hoy ya es un sinónimo de pertenencia para toda la comunidad educativa.

“La escuela tiene diez años, pero la tecnicatura ya va por los 21”, aclaró la vicedirectora Graciela Notarias, y luego explicó que “la escuela de Teatro otorga el título de bachiller con orientación en Comunicación, y la tecnicatura en Teatro el de técnico actor. Todos los alumnos asisten a la Tecnicatura, porque es la condición para estar en la Escuela, pero no todos están en el bachiller. Al ciclo de iniciación de la tecnicatura, que son siete años, se puede ingresar con 5° Grado aprobado. En ese caso, los alumnos egresarían del bachiller y de la tecnicatura en 5° año del secundario. Pero también hay casos de chicos que inician el bachiller y la tecnicatura en primer año del secundario, y al concluir el bachillerato les queda un remanente de dos años para finalizar la tecnicatura”.

Dependiente de la Dirección General de Enseñanza Artística, la Escuela de Teatro que lleva el nombre de una de las más destacadas comediantes argentinas, tiene una extensa carga horaria. El bachillerato se cursa de 13 (o 12:20 cuando hay prehora) a 18 y la tecnicatura de 18 a 22:20, es decir que los alumnos tienen diez horas reloj de cursada.

Y aunque la “Niní Marshall” sea la única escuela de Teatro pública de nivel medio de la Ciudad de Buenos Aires, la mayoría de los alumnos son del barrio. Quienes egresan, se siguen perfeccionando en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático o en Andamio 90, que ofrecen sus profesorados en Teatro y un título a nivel terciario. “Muchos, no obstante, ingresan a la actividad docente en escuelas primarias especializadas en Teatro con el título nuestro. O incluso acá mismo. De hecho, dos de las mejores profesoras que tenemos hoy en la Tecnicatura son egresadas de esta escuela”, subrayó con orgullo Griggio.

Para ser parte de la escuela hay tres llamados de inscripción: en septiembre, en diciembre y en febrero. “Sólo con el de septiembre casi cubrimos la totalidad de los cupos disponibles, que con seguridad se completarán en el llamado de diciembre”, contó el director, y explicó que cuentan con “dos cursos de primer año de bachiller con treinta vacantes cada uno, y tres cursos de iniciación al arte dramático, también con treinta plazas cada uno. Con lo cual, para el año próximo tenemos 90 vacantes en la tecnicatura y 60 en el bachiller”.

Según Griggio, “aunque algunas escuelas artísticas tengan problema de matrícula, no es nuestro caso. Tanto nosotros como el Yrurtia tenemos, por suerte, un aumento de matrícula fenomenal. Tenemos que dejar afuera chicos porque no nos alcanzan los cupos de los cursos. Es decir que tenemos matrícula plena y estamos incrementando el número de egresados”.

Detalles a mejorar

Durante la charla con Cosas de Barrio, el director de la Escuela de Teatro se refirió a una serie de críticas que el padre de una alumna del establecimiento (Emiliano García Blaya) realizó en la edición pasada de este medio sobre la actualidad del colegio.

“Hay algunas cosas muy ciertas y otras que son incorrectas”, remarcó Griggio. “La insuficiencia y la baja calidad de las viandas es un reclamo absolutamente atinado. Nosotros tenemos 275 alumnos y recibimos cien viandas de refrigerio. Es decir, que son pocas y malas”, enfatizó. Las viandas incluyen un sándwich de pan francés “bastante duro y lleno de miga, que apenas contiene una feta de queso; una manzana y una barrita de cereal. Por eso, además de ser pocas, están lejos de ser ideales”.

El otro tema que planteó el padre fue el del ausentismo docente. “Es algo que nos preocupa –sostuvo Griggio-. No es que el docente falte por capricho, sino por licencia por enfermedad. Se trata de problemas que no son excluyentes de esta escuela. Como sea, al ser una escuela de Teatro, muchos chicos aprovechan esas horas libres para ensayar. Eso nos pasa incluso en las jornadas de paro docente, donde algunos grupos de chicos nos piden permiso para venir a ensayar a la escuela”. Según el director “este año la cobertura de cargos se regularizó totalmente. No es que falte nombrar profesores, que entre paréntesis están muy mal pagos. Tuvimos un problema puntual con la jubilación de un docente porque se tardó mucho en cubrir el cargos, pero eso se solucionó este año”.

Donde el director disiente con la mirada de García Blaya es en la limpieza. “Es cierto que los chicos que tomaron el colegio se portaron bien y limpiaron, pero este hombre dice que la escuela estaba llena de gusanos y ratas muertas. A ver. Hace un tiempo –relata- se nos metió una rata en el patio del primer piso. Pusimos cebos y se murió días después. Ese animal muerto que luego encontramos detrás de un panel hizo que se generaran algunos gusanos que, cuando no tuvieron nada que comer, empezaron a caer desde el techo de una de las aulas. Es decir, fue una rata con los gusanos que generó durante un par de días. No eran decenas de ratas y gusanos, como dice este hombre”.

Griggió desmintió también inconvenientes edilicios. “Tampoco es verdad que se caen los techos. Cuando yo tomé la conducción, en febrero pasado, se estaba impermeabilizando la terraza. Sólo falta reacondicionar un aula que tuvo un pequeño desprendimiento en un panel, que se va a solucionar durante el verano, pero no se le caen los techos a nadie. En esta escuela jamás se suspendieron las clases por falta de agua, sólo medio día por un desperfecto eléctrico. Por eso me duele que, así como se plantearon cosas que son reales, se hable de otras que no sucedieron nunca”. Explicó además que durante este año, además de reacondicionarse el salón de actos y el escenario del fondo, la cooperadora participó de un concurso y ganó un subsidio importante para equipar los escenarios. “Tenemos una cooperadora que es formidable –remcaró- con padres muy comprometidos que trabajan mucho por los chicos. Hicieron dos jornadas comunitarias de trabajo en las que se arreglaron muebles”.

Pero donde se mostró más molesto fue cuando se refirió a la acusación de “falta de diálogo”. En ese sentido, Griggio fue enfático. “La Dirección de Educación Artística, que es el área que nos nuclea, tiene las puertas abiertas siempre a nuestros reclamos. De hecho, desde que se produjo el episodio de las tomas, tienen reuniones periódicas con los alumnos de los centros de estudiantes. Pero además, desde que yo estoy acá, no hubo un solo padre que viniera sin agenda y que no fuera atendido inmediatamente, porque esta conducción no es de puertas abiertas, es de puertas arrancadas. Acá la gente viene cuando quiere y nosotros dejamos de hacer lo que estamos haciendo para atenderlos. Lo mismo ocurre con los chicos, lo que pasa es que a veces platean problemas a los que no les podemos dar una solución inmediata, pero nos ocupamos de elevarlos y hacerles un seguimiento. Este hombre que dice que no atendemos los reclamos, jamás vino a hablar conmigo, no me conoce la cara. Por eso digo que es una crítica desleal”.

El arte que moviliza

Griggio remarcó además que, durante este año, los alumnos realizaron un sinfín de salidas didácticas pero, además, presentaron sus producciones en diversos escenarios. “Se presentaron en el centro cultural Adán Buenos Ayres, de parque Chacabuco, y conseguimos acceder a la sala del cine teatro El Plata, donde hicimos la muestra de fin de año”, contó.

Explicó además que se trata de una escuela inclusiva “en todos los órdenes”, porque “en los casos de alumnos que presentan alguna dificultad y requieren una atención terapéutica, la escuela genera adaptaciones curriculares, por eso tenemos alumnos con proyecto personalizado de integración, que conviven perfectamente con sus compañeros”.

Pero lo que más valoran, es la vuelta a la presencialidad plena. “Fue un resurgir maravilloso lo que se logró tras la pandemia”, reconoció Notaris, y lo graficó a la perfección “no fue fácil hacer teatro por Zoom, pero aún fue peor, cuando se retomó la presencialidad y comenzamos con las burbujas, actuar con barbijo, donde no solamente no se escucha sino que se pierde la intencionalidad gestual del actor”. Tal vez por eso la sonrisa de vicedirectora sirvió de corolario para la entrevista. “Por eso estamos muy contentos de volver a tener estas muestras de fin de año, porque significa que recuperamos un montón de cosas que habíamos perdido”, concluyó.

Ricardo Daniel Nicolini

Prácticas profesionalizantes en Teatro

Este año, el Gobierno porteño impuso a los alumnos que cursan quinto año del secundario una carga horaria obligatoria y no rentada de trabajo presencial en empresas privadas o dependencias públicas, como Policía de la Ciudad o Higiene Urbana. La medida que establece las Actividades de Aproximación (ACAP) al mundo del trabajo, fue establecida por decreto y generó mucha polémica en la comunidad educativa.
Los reclamos, que en muchos casos derivaron en las tomas de los colegios, remarcaban que se pone a los menores en lugares no preparados para recibirlos, sin docentes que los acompañen y sin la autorización habitual que se les pide a los padres para trasladarlos fuera del edificio escolar. También se puntualizó “el deterioro formativo a partir de la pérdida irrecuperable de clases correspondientes a materias curriculares como Matemática e Historia, cuyas horas fueron reemplazadas por el trabajo de los menores”.  No obstante, para el director de la Escuela de Teatro, las ACAP resultaron muy útiles  para sus alumnos. “Este año, a diferencia de otros, tomando nota de lo que había salido mal, el área de Educación Artística orientó las ACAP de una manera muy favorable”, remarca Groggio, y cuenta que “acá no se mandó a los chicos a trabajar a un hotel, nuestros alumnos fueron a la Escuela Metropolitana de Arte Dramático y al Teatro Andamio 90, que son dos escuelas de profesores. Ahí hicieron las prácticas y fue un trabajo hermoso. Además, en ambas instituciones quedaron sorprendidos del nivel que tenían nuestros alumnos”.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *