Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
April 19, 2024 1:46 pm
Cosas de Barrio

Burbujas de amor

Con el semáforo sanitario en amarillo, algunas escuelas realizan una apertura parcial para que los alumnos se reencuentren antes del cierre del ciclo lectivo

Por la Lic. Vanesa Aichino (*)

Cuando el Consejo Federal de Educación (conformado por los ministros y ministras de Educación de las veintitrés provincias, más la Ciudad de Buenos Aires) firmaron la Resolución N° 370/20, se habilitó la posibilidad de la presencialidad para ciertas actividades educativas no escolares. Para ello, el Gobierno porteño dictaminó la Resolución de Firma Conjunta N° 4 y creó el “Protocolo de Actividades Educativas de Revinculación, Orientación e Intercambio y Actividades Presenciales de Cierre del Año Lectivo”. Esta norma dio el puntapié inicial para la realización de actividades educativas no escolares, cuyos destinatarios eran niños, niñas y adolescentes en grupos de no más de diez personas y, preferentemente, al aire libre. Se realizaba la reapertura de los edificios escolares con presencia de los equipos directivos, docentes y auxiliares. El propósito era realizar actividades de revinculación y de cierre del año lectivo, sólo para alumnos y alumnas del último año de nivel primario y secundario.

Para las instituciones educativas, el primer paso fue el conocimiento fehaciente del protocolo y la preparación del edificio escolar de acuerdo a esta normativa. En base a la matrícula y por nivel educativo, llegaron tótems de alcohol en gel, carteles informativos recordando aspectos del protocolo, termómetros infrarrojos, máscaras faciales, artículos de limpieza, etc. No obstante, no se recibieron capacitaciones, como estaba previsto, ni para los auxiliares ni equipos directivos ni docentes. Cada escuela aprendió a usar el equipamiento gracias a las experiencias compartidas, autodidactas de tecnología que no es de uso masivo. Se señalaron las vías de circulación (entradas y salidas) con cintas demarcatorias, se marcaron en los pisos de los baños, los patios, la vereda y otros ámbitos los puntos para mantener la distancia obligatoria de dos metros en las filas de espera, se anularon los bebederos, etc. En los sanitarios se colocó jabón líquido y toallas de papel descartables. El acceso a los mismos sería de una persona por vez. Las mesas, sillas o pupitres también se ubicaron respetando la distancia obligatoria. Se habilitó un espacio para el aislamiento de estudiantes o adultos que presentasen síntomas o malestares. 

El segundo paso fue brindar información a las familias sobre el tipo de actividades a desarrollar -recalcando que las mismas no serían obligatorias sino voluntarias- y el conocimiento del protocolo. Se explicó, en reuniones previas por medio de videoconferencias, que se trabajaría con el sistema de burbujas de hasta diez personas incluyendo uno o dos docentes. Estas cohortes podrían estar a cargo de sus maestros o de otros y los estudiantes se mantendrían siempre en cada grupo hasta finalizar el ciclo lectivo, sin poder mezclarse entre sí. De esta forma, si surgiera un caso de Covid positivo, sólo se aislaría a esa burbuja sin afectar al resto.

En la Escuela N° 4 D.E. 20 –de Lisandro de la Torre y Ramón Falcón- en la cual me desempeño como directora, se realizó una reunión vía Meet con las familias de los dos séptimos grados con asistencia casi total. Después de conocer el protocolo y el tipo de actividades a realizarse bajo esta modalidad de burbuja, las familias en forma unánime se negaron a participar de esta experiencia. Los motivos esgrimidos fueron varios, pero entre los principales, argumentaron la elección de preservar la salud ante todo, críticas al protocolo (por ejemplo, el ámbito y el modo de aislamiento ante molestias y el tipo de actividades permitidas) y mencionaron que los niños y niñas no necesitaban revincularse porque nunca estuvieron desvinculados. La escuela, a partir del segundo cuatrimestre, cuenta con un cronograma de clases virtuales de todas las áreas. Éste fue un ítem destacado por los familiares quienes expresaron que esta forma de trabajo era la apropiada para el momento y para la protección de toda la comunidad educativa. Situaciones similares se vivieron en las escuelas vecinas, con una concurrencia mínima o nula a las burbujas.

En líneas generales, en la Comuna 9 -que abarca los Distritos Escolares N° 13 y 20 de Educación Primaria- el porcentaje de asistencia a las burbujas fue bajo, incrementándose lenta y paulatinamente. En las escuelas privadas, no obstante, se percibió un panorama diferente con una asistencia superior. Con respecto a los estudiantes “desconectados”, hay distintas realidades dentro de la Comuna, hay zonas donde la conectividad de los alumnos y alumnas es inferior, a raíz de que no cuentan con dispositivos informáticos ni wifi libre.

Dos semanas después del inicio de las burbujas en los últimos años de Primaria y Secundaria, se habilitaron instancias de presencialidad en el nivel inicial para la sala de cinco años. En la Escuela N° 4 D.E. 20 se armó una sola burbuja con tres alumnos. Los argumentos para la no participación fueron similares a los expresados por las familias de séptimo grado. Días más tarde se aprobó la realización de actividades deportivas lúdicas para niñas y niños de salas de 3 y 4 años de nivel inicial, para estudiantes de 2° a 6° grado de nivel primario y de 2° a 4° año de secundario, de acuerdo al “Protocolo específico de actividades deportivas recreativas lúdicas al aire libre”. Cada escuela, según sus características edilicias (ya que las actividades deben ser efectuadas al aire libre) irá realizando aperturas progresivas. En nuestro establecimiento se armarán dos grupos de niños y niñas de primer grado. Las familias optaron por la participación en estas experiencias para que sus hijos e hijas se revinculen, ya que es el primer escalón de la escolaridad primaria.

En todas las reuniones realizadas con las familiares hubo unanimidad en la importancia de la escuela presencial, que es irremplazable por innumerables factores. El deseo de todos los integrantes de la comunidad educativa es poder reecontrarnos en la presencialidad lo antes posible y en forma segura. Ojalá ese momento llegue pronto.

(*) Aichino es licenciada en Educación y directora de la Escuela 4 D.E. 20 “Félix de Olazábal”, de Lisandro de la Torre y Ramón Falcón.

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