Periódico zonal del Barrio de Liniers para la Comuna 9
April 19, 2024 6:06 pm
Cosas de Barrio

EL COMERCIO BARRIAL VOLVIÓ A ABRIR SUS PUERTAS, PERO CON RESTRICCIONES

Se amplió la circulación peatonal en Liniers y Mataderos pero algunos rubros, como las peluquerías, aún permanecen cerrados Existe una certeza insoslayable: la Ciudad de Buenos Aires es el distrito con más contagios y muertes por coronavirus en todo el país. Y otra, tal vez menos grave pero tan elocuente como la anterior: el comercio barrial es uno de los sectores más afectados por la cuarentena y, en muchos casos, las consecuencias son letales. El paisaje desolador que muestra el centro comercial de Liniers “tal vez el más populoso de todo el sudoeste porteño- es una muestra cabal de la situación por la que atraviesa el sector mercantil local. Mayoría de locales cerrados -muchos de ellos con el cartel de “Se Alquila”- y aquellos pocos que tienen sus puertas abiertas aguardan ansiosos el ingreso de clientes. Pero además, las veredas casi vacías -las mismas que hasta no hace mucho parecían ser un hormiguero humano- son, tal vez, el dato más esclarecedor para entender la dura realidad por la que atraviesa el comercio barrial. El centro comercial de Liniers, hoy El martes 12 de mayo pudieron volver a abrir sus puertas “sólo de lunes a viernes de 11 a 21 horas- varios locales comerciales luego de casi dos meses de permanecer cerrados e inactivos. Así, levantaron sus persianas las librerías, las jugueterías, las florerías, las perfumerías, las casas de decoración, de materiales eléctricos, de electrodomésticos, de instrumentos musicales y las bicicleterías. Además, los bares, restaurantes, pizzerías y cervecerías pudieron habilitar sólo la opción de comidas o bebidas “para llevar”. Dos días más tarde, el jueves 14 de mayo, hicieron lo propio las joyerías, las relojerías, los locales de bijouterie, las mueblerías, las concesionarias de autos y motos, y resto de los comercios minoristas. En todos los casos, la ocupación máxima simultánea de los locales es de una persona cada 15 m2. Sin embargo, hubo otros rubros que aún hoy permanecen cerrados: los de indumentaria y calzado, como las boutiques, las lencerías, las sastrerías, las casas de moda, las zapaterías, las zapatillerías y las casas de deportes, entre otros. Tampoco pudieron reabrir las peluquerías, uno de los rubros más abundantes en el centro comercial de Liniers, junto al de indumentaria. A los comercios cerrados se suman además el shopping Plaza Liniers y las galerías, cuyos titulares de los locales -en muchos casos- optaron por rescindir sus contratos y concretar el cierre definitivo. Además, el rubro de los gimnasios es otro que todavía se mantiene inactivo, aunque muchos ofrecen diversas técnicas de entrenamiento a distancia, pero de manera gratuita. Por otra parte, un sector del denominado “mercado andino de Liniers”, en el que las comunidades bolivianas y peruanas ofrecen sus productos regionales, además de frutas y verduras, se ha peatonalizado para “asegurar el distanciamiento social, tratar de evitar aglomeraciones e incentivar el comercio de escala barrial sin utilizar medios de transporte público, promoviendo la movilidad peatonal y la bicicleta, para así disminuir la posibilidad de contagio del coronavirus”, tal como lo indicó el Gobierno porteño en un comunicado. En un principio serían doce las cuadras de Liniers que se peatonalizarían (Ramón Falcón entre General Paz y Carhué; Ibarrola entre General Paz y Carhué; Montiel entre Rivadavia y Ventura Bosch; y José León Suárez entre Rivadavia y Ventura Bosch). Pero finalmente se estableció en sólo cuatro cuadras en dos calles: las dos cuadras de Ramón Falcón, que van desde General Paz hasta Montiel; y las dos de José León Suárez, desde Rivadavia hasta Ibarrola. Asimismo, volvió a funcionar también la Feria de Abastecimiento Barrial N° 15, que hasta que se decretó la cuarentena se ubicaba sobre la calle Cosquín al 500, en uno de los laterales de la plaza Sarmiento, y desde el martes 19 de mayo se instaló sobre la vereda del pasaje El Rastreador al 500 -es decir, sobre otro sector lindante a la plaza- que todos los martes permanece cerrado al tránsito vehicular entre las 6 y las 16. Por otra parte, al cierre de esta edición, el domingo 24 de mayo, como consecuencia de la quintuplicación de casos en apenas dos semanas en el ámbito porteño, el Gobierno de la Ciudad dispuso restringir el comercio en las zonas más transitadas del barrio. Esto es, las cinco cuadras de la avenida Rivadavia que van desde Timoteo Gordillo hasta General Paz, y las dos primeras de Cuzco, desde Rivadavia hasta Bynnon. En esas siete cuadras, las actividades comerciales se restringen a los rubros esenciales. Es decir, que sólo pueden abrir sus puertas las farmacias, las sucursales bancarias, los supermercados y las casas de comida (panaderías, confiterías y pizzerías). En el resto del barrio, donde funciona el denominado ?comercio de proximidad?, permanecen abierto los rubros habilitados durante la segunda semana de mayo, mencionados anteriormente. “La idea es limitar aquellas zonas con alta densidad de circulación donde se genera una gran aglomeración de gente, y ese sector de Liniers es una de ellas, teniendo en cuenta la gran cantidad de líneas de colectivo que allí confluyen, además de la estación de tren”, explicó el presidente de la Junta Comunal 9, Maximiliano Mosquera Fantoni. Y agregó “lo que se busca es reducir el riesgo de contagio a través de la reducción de gente”. Pero además, el Gobierno porteño incrementó los controles en los accesos a la Ciudad desde el conurbano, por debajo de los puentes de la avenida General Paz. Para eso, incorporó 430 agentes de tránsito y 250 policías de la Ciudad, que se encargan de restringir la circulación por esa zona, sólo a trabajadores esenciales. Donde más controles se observan son en los puentes de Rivadavia y de de Juan B. Justo, a los que también se suman los de Tonelero y Emilio Castro, además de los acceso de Juan B. Alberdi y avenida de los Corrales, en Mataderos. En ese sentido, se intensificaron también los controles en esas cuadras de Rivadavia y de Cuzco, en el que los efectivos realizan los controles para chequear los permisos de los pasajeros que circulen en colectivos. Vale destacar que, tras el cierre de las estaciones de Villa Luro y Floresta, la estación Liniers ha incrementado notablemente en los últimos días su caudal de pasajeros. Los centros comerciales de Alberdi y Emilio Castro La realidad que viven los otros centros comerciales locales, como el de la avenida Juan B. Alberdi -el más tradicional e importante de Mataderos-, el de Directorio o el de Emilio Castro (cuya oferta gastronómica con cientos de mesas vacías es una postal de la desolación) no le va en zaga a lo que muestra el de Liniers. En el centro comercial de Alberdi -más precisamente en las siete cuadras que van desde Larrazábal hasta Lisandro de la Torre- el Gobierno porteño optó por ampliar las veredas tomando carriles de la calzada para que circulen los peatones, de manera de poder garantizar el distanciamiento social. “La salud sigue siendo la prioridad, en una pandemia en la que la circulación de la gente marca la evolución de los contagios”, sostuvo el Presidente Alberto Fernández en el último de sus discursos al país. Recién en segundo lugar se encuentra el aspecto económico, y vaya si lo saben quienes viven del comercio y aún no logran vislumbrar un horizonte hacia el que tendrán que nadar para llegar sin hundirse y perecer en el inmenso mar de la pandemia.

Ricardo Daniel Nicolini

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